Interrogatorios. Israel. Mayo 2019.
Las medidas de seguridad
en Israel son escandalosas. A los dos días de estar ya estás
acostumbrado y ves normal pasar por un arco de seguridad y un
registro para entrar en un supermercado o para coger un autobús, por
ejemplo. En los controles fronterizos también. Cuando entré de
Jordania a Israel debía reunir todas las condiciones de sospechoso
porque entre la gente que pasaba sólo a un árabe y a mí nos
interrogaron.
Me preguntan que si viajo
conmigo mismo (yourself), refiriéndose a solo. Contesté que sí,
aunque la verdad es que querría haberle explicado la realidad de mi
soledad, pero me faltaba mucho vocabulario para explicarle que a
veces ni yo mismo me acompaño y el José Alberto pensante y el José
Alberto viajero van cada uno por caminos distintos y en ocasiones
irreconciliables.
Luego me pidió que le
explicara por qué viajaba conmigo mismo. ¿Cómo explicarle que es
el precio que tengo que pagar para sentirme libre (y no siempre)?,
así que me encogí de hombros para darle a entender que no lo tenía
claro.
¿Dónde va? A Jerusalén,
respondí. ¿Tiene amigos allí? No ¿Tiene familia allí? ¿Para qué
va?
Las respuestas en estos
interrogatorios siempre son falsas. Se acomodan a lo que quiere
escuchar el interrogador. La verdad es que tenía amigos en
Jerusalén, lo que aún no los conocía. Iba a conocerlos.
Para un
ciudadano del mundo como yo que tiene por familia a la humanidad
¿cómo decirle que sí tenía familia? Me preguntarían por el
nombre de todo y yo los desconocía porque no importaban los nombres,
sino las personas. Eran familia mía, algunos parientes lejanos, muy
lejanos y otros familiares con los que no me llevaba bien, pero para
mí todos formábamos parte de la misma familia. La respuesta, ya lo
he dicho, fue que no tenía familia. Si hubiera dicho la verdad igual
no me dejan pasar. ¿Cómo iba a entender que palestinos y judíos
son parte de mi familia?
¿Para qué va? Pues para
conocerlos, debería haberle respondido. Me encogí de hombros. Debió
pensar “este abuelo no sabe ni dónde va ni lo que quiere” y me
dejó pasar la frontera del estado de Israel.
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