martes, 30 de diciembre de 2014

Cuba. Aún me falta mucho por conocer.


Después de llevar quince días en Cuba, ya hace días que voy pensando que conozco casi todo, pero no dejo de sorprenderme al descubrir gentes extrañas que me van informando de más cosas de esta sociedad.

La corrupción parece que también está bastante generalizada, aunque oculta. No hay medios de comunicación salvo los del Partido Comunista.

 Los medios (del gobierno) de comunicación no informan mas que de casos extremos, como de ministros implicados o algún alto dirigente, a los que no pasa nada, sólo los degradan o los colocan en puestos discretos.
El del medio posiblemente ahora esté entre rejas, merecidamente.
Cuando se despidió de mi me dijo que se iba a casa para saber si
su mujer había recibido la notificación que le obligaba a presentarse
en prisión. Todo un fichaje con el que es mejor no encontrarse.

Hoy he conocido a una persona que ha estado preso siete años. No es un político. No es nada defendible su persona. Vaya por delante. Se dedicaba a robar en las tiendas del gobierno, comida y ropa básicamente, pero no le hacía ascos a nada de lo que encontraba, dinero, objetos eléctricos,… Fue detenido y pasó siete años en la cárcel en los que la vida es horrible según me ha contado, con comida asquerosa y violencia a todas horas.

Él me ha informado de la realidad de la violencia que existe en Cuba, que yo no he visto por ninguna parte, pero que según me ha dicho él y me han confirmado otras personas con las que estaba hablando, existe. Las peleas con armas son frecuentes. Me han dicho que Cienfuegos posiblemente sea la ciudad más violenta de toda Cuba. Los machetes acaban con más de una discusión. El turista no debe preocuparse, son peleas entre ellos e imagino entre gente de barrios bajos. 

Mis interlocutores también estaban al tanto del asalto a caballos que se había producido en un tren de pasajeros. Me lo habían comentado otras personas y no les daba mucha credibilidad porque había sido como en las películas del oeste. Aquí los trenes son más lentos que yo corriendo a pie en un mal día. Son informaciones que no se publican (en Cuba oficialmente no pasa nada, sólo pasa en el extranjero), pero es conocida porque Cienfuegos es una población relativamente pequeña y no se puede ocultar.

El ladrón que me informaba, que aparece en el centro de la fotografía, está pendiente de otra condena de otros diez años de cárcel por haber tenido relaciones sexuales con una niña de catorce años. Cuando me lo ha contado le he dicho que yo no lo sacaría de la cárcel en la vida, luego me he arrepentido de decirlo, na fuera a ser yo una de sus víctimas, pero no le ha afectado mi comentario como si él mismo lo aceptase. “Me pierden las hembras”. Su hijo de veinte años está ahora en la cárcel por un motivo semejante.

Cuba. La música por todas partes


Estudiantes de magisterio que a las diez de la mañana ya habían
regado abundantemente sus cuerpos con ron. Día de fiesta por ser
el aniversario de la muerte de Céspedes Cienfuegos.
Esta es la chica que nos había hecho la primera foto. Después
del disparo protesto porque ella no había salido. Como es de
justicia, foto con ella y así estamos todos.
Los cubanos, sobre todo las cubanas, llevan el ritmo en el cuerpo. En cualquier lugar donde suene música, enseguida ves a alguien que se pone a bailar. Estoy en Cienfuegos y he ido hasta un lugar llamado La Punta. Estamos a 28 de octubre y se celebra la muerte de Camilo Cienfuegos (que nació en La Habana), revolucionario que supuestamente murió en un accidente de aviación, digo supuestamente porque muchos cubanos defienden que lo mandó matar Fidel porque no estaba siguiendo sus pasos y se había manifestado partidario de un sistema democrático. Nunca se encontró un resto ni del avión, ni del cuerpo. Pero como en cualquier caso murió se convirtió en un mártir y hoy se celebra su muerte ¿cómo? Con una manifestación de estudiantes, por supuesto de asistencia obligatoria. Primero han ido a clase y de clase a la mani, todos bien uniformadicos. Luego fiesta por la mañana, que no ha llovido, pero como si sí. Unas chicas estudiantes de magisterio lo estaban celebrando tomando ron (eran las diez de la mañana), se han puesto a bailar junto a mí y me han invitado a imitarlas.


Poco más tarde entro en una tienda donde sonaba música y una dependienta bailando sin disimulo, era su actitud normal mientras atendía a sus clientes. Junto a un mostrador, una clienta también movía sus piernas, como si no tuviera dominio sobre ellas.

Carrera de triciclos en Cienfuegos (Cuba)


En casi todas las ciudades de Cuba es muy habitual que te ofrezcan los servicios de taxi unos triciclos que llevan una parte habilitada para dos pasajeros detrás, estando el conductor-ciclista delante.

Siempre que vas caminando te ofrecen sus servicios a todos los que ven con pintas de guiri (yuma en cubano). Son un poco pesados, pero no van detrás de uno. Les puedes decir que no los quieres y ahí suele acabarse todo.


El dueño no está montado porque se ha bajado para hacerme
esta foto.
Estando paseando por el malecón de Cienfuegos, por la noche, uno de los ciclotaxi me insistió en llevarme y yo le hice una contrapropuesta, te llevo yo a ti. No entendía. Le dije que él se pusiera en el lugar de los pasajeros y yo conducía la bicicleta. Entendía lo que le decía pero no comprendía que eso pudiera ser. 

Primero le dije que le iba a cobrar un dólar, ya entendió del todo y se rio. Le dije que si aceptaba y aceptó. Así que me volví ciclotaxista con un taxista como pasajero. Como la emoción no era suficiente comencé a pedalear rápido adelantando a otros ciclotaxistas. 

Cuando los adelantaba, conociendo a su compañero que yo llevaba llevaba de paquete comenzaban a hacer gestos y a reír. Luego se picaron y comenzaron a hacer carreras conmigo. En un momento estábamos ocupando una calzada de dos carriles haciendo carreras tres ciclotaxis. 

Todos partidos de risa. Al cabo de un rato le dije que ya lo dejaba y el taxista oficial me insistió en llevarme gratis a cualquier parte porque se lo había pasado muy bien. Yo opté por seguir caminando. Al rato vino a mi encuentro uno de los taxistas que había participado en la carrera para ofrecerme su bicicleta y que yo lo llevara como a su compañero. Ya era bastante. Le dije que no, pero aún insistió tanto él como al que había llevado primero. No pedaleé más pero estuvimos un rato hablando.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Españoles en la playa de Rancho Luna, junto a Cienfuegos.


Tenía que bañarme en el Caribe. He buscado un lugar tranquilo, a la sombra de un árbol y luego he buscado a alguien que me vigilara todas mis pertenencias por estas tierras mientras me daba un chapuzón, no soy de estar mucho rato en el agua. Quienes han aceptado mi propuesta han sido dos parejas de españoles, Iván, Olaya, Marta y Antonio. Este último ha sido la única persona que he conocido en mis viajes a lo largo y ancho de este mundo que conocía Alcañiz y el circuito de Motorland. Se dedica al mundo de los coches y había estado alguna vez en Alcañiz.

A falta de foto con mis cuatro conocidos, aquí está la del 
castillo de Jagua, que merece una visita por fuera, pero creo
que no por dentro. Está en las inmediaciones de la playa Rancho
de Luna
Las posibilidades de comunicación con el resto del mundo desde Cuba son escasísimas. El teléfono es carísimo e internet lento, caro y escaso. Así que llevo unos cuantos días sin saber nada de España, ni de la familia, ni de nada. El encuentro de los españoles me ha servido al menos de tener información sobre las últimas corrupciones y los devaneos del Mas independentista que desconoce qué es ser ciudadano del mundo. Ello hace sólo unos cuatro días que han salido de España.  

Luego hemos ido analizando la situación en Cuba coincidiendo totalmente los cuatro sobre el fracaso total del socialismo y sin entender que hubiera gente cubana, e incluso una española con lo que yo había estado, que lo defendiera.

Tan a gusto hemos conversado que se me ha olvidado hacer la foto de recuerdo. Creo que seguiremos en contacto y tendré oportunidad de tener una imagen suya para el recuerdo.

Olaya (ingeniera) e Iván (profesor) son jóvenes emigrantes españoles que están desarrollando sus habilidades profesionales en Suiza. Otras víctimas del paro.


A la playa ellos habían venido y se volvían en taxi. Yo he ido a ver si encontraba un autobús. Me han dicho que el próximo iba a tardar más de una hora. Me he dispuesto a ponerme las zapatillas y a sentarme a leer mientras esperaba, pero a los treinta segundos aparece un autobús. Ya me veo corriendo con un pie calzado, el otro descalzo, una chancleta, una zapatilla y un calcetín en la mano para alcanzar al autobús. Me ha esperado y he terminado de calzarme dentro. Todo sale bien y a pedir de boca casi siempre. Lo importante es dejar que las cosas vayan a su ritmo.

Cuba. Corriendo hasta la playa

Este es el caribeño mar, cerca de Cienfuegos que me esperaba
después de la carrera.
Al volver de Jagua, nada más salir de la lancha, un camión que debía recogernos ha salido sin todos los que íbamos a subir. Cosas cubanas de difícil comprensión. Nos hemos quedado todos en tierra, protestando a la sombra de un árbol. ¿Cuándo pasa el próximo? Me dicen que sobre las cuatro de la tarde y eran las once y media. Todos protestaban, uno le ha echado la culpa al Obama por el embargo y se han tumbado para estar allí sin otra cosa que hacer cuatro horas de su vida. Me han dicho que la playa estaba a unos seis kilómetros y les he dicho que me iba corriendo. Todos me han seguido la corriente pensando que era una broma. Me he quitado los pantalones para quedarme con unos de correr, que también deberán servirme para bañarme, me he amarrado bien la mochila a la espalda y al pecho y se han quedado boquiabiertos viendo que iba en serio. Tumbados en la hierba han comenzado a darme consejos, no corras mucho, no vayas con este calor, son muchos kilómetros,… Unos excelentes consejeros cubanos tumbados y conocedores del deporte. Me he despedido y en menos de media hora estaba en la playa mientras ellos continuaban esperando.


La autonomía de ir corriendo a los sitios me hace sentir libre e independiente. Ha sido una buena experiencia que me llenaba de orgullo y satisfacción (más que al propio Juancar) acrecentada cada vez que pasaba un coche y me hacía un gesto positivo.

Cuba. Con los pescadores de Jagua.


En la caja de un camión repleto de pasajeros me he ido hasta Pasacaballo para coger una lancha y cruzar a Jagua donde hay una antigua fortaleza española. No ha valido eso de que la fortaleza la construyeron mis abuelos españoles para que me dejaran entrar, así que no he entrado. Generalmente en estos museos hay muy poco que ver, no tengo demasiadas ganas de verlo, me molesta que cobren una cantidad para los cubanos y otra para los turistas y estaba en obras. 

Este es el puerto del pequeño pueblo pesquero de Jagua
He visitado la población que que está a los pies de la fortaleza. Los habitantes actuales crearon un núcleo urbano cuando se iba a construir una central nuclear pagada por la URSS. Al disolverse  la URSS, dejó de construirse, pero la gente sigue viviendo allí aunque dedicándose a otros menesteres. La central está a medio hacer.  Algunos de los habitantes son pescadores. Una pesca muy rudimentaria y de subsistencia total, con pésimas condiciones de supervivencia. Junto a ellos unos pisos de tipo stalinista que daba aprensión ver cómo viven allí hacinadas las familias. A pesar de ser una población relativamente nueva, sin plan de urbanismo, las casas sin orden ni concierto y las calles sin asfaltar en muchos tramos.

Los pescadores preparan el pescado troceándolo para venderlo
a los que se acercan al embarcadero a comprarlo.
Una mujer me ha venido a decir que había encontrado unas monedas españolas del rey Luis Alfonso del siglo catorce. Le he dicho que era bastante improbable, me ha insistido tanto que ha ido a su casa a buscarlas. Pensaba que era un engaño para intentar vendérmelas. La señora estaba equivocada. Eran de Alfonso XII y sin ningún valor. Eran las chapas con las que yo jugaba de niño y que se pueden encontrar por poco dinero en cualquier puesto de antigüedades.

El que decía ser dueño de un restaurante me ha insistido para que comiera una langosta. Si quieres te la enseño, para que veas que está fresca y es grande, aquí se come la mejor langosta. No debía esperar que le contestara que la quería ver, así que he podido comprobar que era realmente grande y sobre todo fresca, estaba congelada.


Habiendo hecho mis deberes de visitante, habiéndome relacionado con los locales, vuelta a coger la lancha, que por cierto a todos ha cobrado 2 pesos cubanos, menos a mí que me ha cobrado 24. La lancha es mía y cobro lo que quiero, si quieres subir lo pagas, me ha dicho el lanchero.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Cuba. Algunos datos más


De cuando en cuando voy anotando algunos datos que no dejan de sorprenderme de este gobierno. Creo que ya ha quedado escrito que acceso a internet sólo la tienen gentes del partido y algunos profesionales como médicos que la necesitan por su trabajo. Otros pocos solo tienen acceso a poder enviar y recibir correos electrónicos y la mayoría conoce internet por lo que les contamos los turistas, poniendo ojos como platos cuando les comentamos alguna aplicación que desconocen.

Los mendigos que andan buscando por las basuras para llevarse
algo a la boca o que andan pidiendo por todas partes una moneda
o durmiendo en la calle no son infrecuentes. 
A la lista de este gobierno hay que añadir una más. En la casa donde estoy he preguntado que si nadie en Cuba tenía antena parabólica. Jesús, el casero, ha puesto su mano en la boca para ocultar sus palabras y en voz baja me ha dicho “está prohibido”. ¿No tiene nadie? Alguno tiene pero oculta en la terraza y a expensas de que algún vecino lo denuncie.

También me han hablado de los sociolistas, que son los socios de amigos del partido, bien situados que colocan a sus amigos y familiares. Una práctica muy extendida. Me han asegurado varios que si tienes una profesión como médico o ingeniero y no eres del partido, olvídate de poder trabajar en lo tuyo.

A una muchacha de 14 años, cuyos padres murieron en un accidente, el gobierno quiso quitarle la casa, porque la superficie de la casa está en relación con el número de personas que la habita, ya que se había quedado ella sola y era demasiada superficie para una niña. Tuvo que ir a juicio y finalmente pudo mantenerla.

Si a un trabajador lo contrata una compañía extranjera, el salario lo pacta el gobierno al alza, y es el gobierno quien lo cobra, luego pone a los trabajadores y les paga una ínfima parte de lo el gobierno recauda por su trabajo.


Muchas veces me digo que ya conozco casi todo de la situación social en Cuba, pero después de escuchar a los cubanos me pregunto qué será lo próximo que descubra.

Cuba. Copelia.


Estar en La Habana y no entrar en Copelia es una falta en la cartilla del turista. Copelia es una heladería que está en la avenida 23 (muchos la conocen como la avenida Copelia) donde siempre hay gente haciendo cola para entrar y pueden demorarse hasta una hora para tomar asiento. 

Venden buenos helados a precios irrisorios. Con cincuenta céntimos de euro puedes llegar a aborrecerlos por la cantidad. En La Habana no he llegado a entrar porque me sumerjo en el mundo cubano pero demasiadas colas me hacen aborrecer mi deseo de inmersión.

Mis amigos de Copelia, en Cienfuegos, Elio y Teresita.
En Cienfuegos también hay un Copelia y al pasar por él he visto que la cola no era muy larga, así que me he dicho, esta es tu oportunidad y a la cola para consumir un helado. La espera ha sido larga, pero en el interior todavía más, sentado a una mesa. Te van colocando lo camareros con quien te toca, pues no elijes ni mesa ni compañía,  y he tenido la gran fortuna de compartir mesa y charla con Elio y Teresita, un matrimonio jubilado que había ido a tomar unos helados y a comprar treinta bolas para sus nietos “la mitad la devorarán inmediatamente y el resto lo guardaremos en el congelador”. 

Elio trabajó como biólogo marino y me ha puesto al día del funcionamiento de la flota pesquera cubana en el pasado y en la actualidad. Un pasado bastante boyante económicamente y un presente bastante penoso, con un punto de inflexión con un tal Romay en el ministerio que a base de procurar fortuna para su familia y para él mismo casi hunde la flota cubana como si de un juego de niños se tratara. Tuvieron que hundir “una pila de barcos” por su mala gestión y nulo mantenimiento. Ahora no respetan la veda de pesca y están acabando con los caladeros.


Ha sido una larga charla la que hemos mantenido, que ha tenido como colofón el helado servido, lo más breve del tiempo que hemos permanecido juntos, y la promesa de que íbamos a seguir en contacto de la agradable conversación que hemos tenido los tres. 

Cuba. Las maricolimpiadas.


Una hija de Raúl Castro, y por lo tanto sobrina de Fidel, ocupa un cargo (cosas de las monarquías socialistas) en el gobierno y tiene como bandera la defensa de los homosexuales. La población cubana es transigente, aunque le choca la defensa de los homosexuales. Me decían; que cada haga con su culo lo que quiera pero que no me los metan hasta en la sopa. No puedo decir que sea un comentario general, pero sí que me han hecho comentarios de ese estilo, nunca homófobos.

Los homosexuales son muy evidentes por muchos lugares con unos perfiles excesivamente amanerados. Dicen, incluso con citas de alguna entrevista que el propio Raúl Castro es homosexual y de ahí la defensa de su hija.
Cienfuegos. La vida en la calle es una prolongación de la de
la casa, o al revés, la casa es un patio interior de las calles.
Las grandes ventanas de los dormitorios o comedores están 
abiertas y desde la calle puedes ver a la abuela larga en la cama,
que no se ha levantado, a la familia viendo la televisión o 
cenando, a una pareja discutiendo,... Se vive con las puertas abiertas.


Como curiosidad me han dicho que se organizaron unas maricolimpiadas, así denominadas, en las que sólo podían participar homosexuales lanzando preservativos y deportes semejantes. 

A muchos cubanos heterosexuales les parece excesivo el apoyo a los homosexuales, pues comentan que raro es el día que en la televisión no emiten una película en la que salga un o una homosexual. Yo no lo vi tan excesivo, quizás les llame la atención porque hace poco tiempo estaban perseguidos.

Un cubano me dijo: "hace unos años estaban perseguidos, ahora están permitidos y si seguimos así dentro de unos años será obligatorio".


Cuba. Otra experiencia de taxi colectivo.


Viajar en taxi compartido tiene innumerables ventajas. Eso sí, hay que tomarlo con tranquilidad cubana. Me traslado desde La Habana a Cienfuegos. Comienza la cosa con la negociación con múltiples intermediarios con los que nunca consigues llegar a nada en claro. Luego la espera hasta que el taxi está completo y luego el viaje. Lo hemos iniciado sólo dos personas, luego se ha sumado un tercero. 

Falcón ha sido el pasajero que ha organizado el viaje. Es un tipo que pasa de los sesenta y ha estado casi todo el tiempo hablando él solo. La verdad es que ha sido muy entretenido.
El maestro Falcón delante, cuando aún no había perdido las gafas.
 Es profesor de artes marciales, especialista en algo parecido a winsun (al principio lo he confundido con windsurf y no me lo imaginaba). En el viaje nos ha mostrado vídeos de él practicando ese arte mediante el cual hacía perder el conocimiento con un suave golpe en la cara del adversario. Ha sido una conferencia interesante.


Íbamos por la autopista y en una de las explicaciones, llevaba dos pares de gafas, unas delante de los ojos y las otras sobre la cabeza, han salido volando las que tenía en la cabeza, él no se ha dado cuenta, cuando hemos reaccionado había pasado más de medio kilómetro. Así que el taxista ha parado el coche y se ha puesto en la autopista (poco transitada) marcha atrás, mientras mi acompañante en el asiento trasero abría la puerta para intentar localizarlas sobre el asfalto. De película cómica, de las que dices pero qué tontadas se les ocurren. Pero era cierto. Al final las ha visto y hemos recuperado las gafas e instantes después la conferencia de Falcón. Dos días después me encontraría a Falcón vestido de judoka o algo así por la calle, con prisa porque ya había dado una conferencia y se volvía para La Habana.

Una vez hemos llegado a Cienfuegos, donde residen los amigos que conocí en el avión, el taxista ha dejado medio abandonados a los otros dos pasajeros y se ha puesto a dar vueltas por toda la ciudad pasando tres y cuatro veces por las mismas calles porque me estaba buscando alojamiento. Y me lo ha encontrado. También me encontraría con el taxista al día siguiente. 

Cuba. Otra Habana


La Habana oculta lugares a los turistas que merecen un paseo. El municipio Playa de La Habana está constituido básicamente por una larguísima y ancha avenida donde están ubicadas gran parte de las embajadas de otros países.

Imágenes como estas, nada tumultuosas, apacibles, con zonas verdes y amplias
avenidas, también se pueden encontrar en La Habana, además sin turistas, ni
`perseguidores de turistas.
En líneas generales es un lugar muy cuidado, amplio, tranquilo, con edificios igualmente cuidados, con la hierba cortada, las aceras rectas (generalmente están levantadas por todas partes). De vez en cuando algún edificio singular va llamando la atención y de tarde en tarde hay alguna sorpresa, como un circo en el que me hacían pagar una cantidad desorbitada por ser extranjero, no ha colado decir que soy hermano español, o salas de baile con actuaciones en directo.


Un lugar muy agradable para pasar una tarde agradable. Además va paralela al mar, con lo cual se puede uno salir para respirar la brisa marina.

Aunque lo he descubierto tarde, es también un lugar agradable para salir a correr. Correr en La Habana no es sencillo. Por las calles no se puede ir y no hay parques grandes, ni medianos, salvo si te vas a las afueras, lo que puede suponer una hora larga de taxi. 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Cuba. Hacer cola sin prisas.


Viendo las continuas colas en las que están los cubanos, daría la impresión que disfrutan. Por supuesto no es de su agrado, pero están tan acostumbrados que no se molestan por estar veinte minutos para comprar el pan, media hora para comprar los huevos o una hora y media para conseguir unas entradas.

En un teatro cerca de casa, teatro Mella, van a representar un espectáculo de danza. Hace unos días que pensaba ir. Al pasar por su puerta he visto una cola inmensa. He preguntado. Estaban haciendo cola para conseguir unas entradas. La taquilla estaba abierta, pero la lentitud es desesperante. Vendían entradas para cosas distintas. Sólo había una persona que las despachaba. Ha habido gente que ha estado 45 minutos en la cola para escuchar que para el espectáculo al que quería ir no había entradas. Apenas se molestan.  Como la cola también servía para el espectáculo de danza, y como voy de cubano, digo que esta es la ocasión para hacer cola como un cubano. Haciendo cola he conocido a Lilleam, una mujer culta y muy educada que viaja en guagua mucho menos que yo. Hace años que no monta en una. Tiene su negocio de hostelería y eso le da una capacidad económica que pocos cubanos tienen. Ha viajado, lo que es todo un lujo. 

Lilleam, mi protectora cultural, es la de la gran camisola blanca.
 Hablando con ella y con otras personas de la cola, se ha ofrecido a sacarme la entrada no fuera que no me la dieran o me la vendieran mucho más cara por ser extranjero. Después de unos cincuenta minutos tenía la entrada en mi mano al módico precio de unos 60 céntimos de euro. Días después será mi compañera de espectáculo de danza. Antes me queda un largo recorrido por hacer.


El “protocolo” de la taquillera es el siguiente, oferta todas las plazas que tiene disponible, el comprador le sugiere una determinada, la taquillera le dice que desde otro lugar lo podrá ver mejor a lo que la compradora da su opinión, la taquillera la suya y finalmente llegan a un acuerdo. Tacha de una hoja hecha a mano la plaza que ha reservado la clienta. Luego rellena la entrada, porque son entradas en blanco. Pone la fecha, la fila y la butaca, la entrega y la cobra. Y el siguiente, que no hay prisa y la cola es pequeña.

Cuba. De Pinar a La Habana.


La mejor forma de viajar y bastante económica es compartir un “almendrón” que son esos coches de tiempos de Batista que suelen aparecer en todas las postales de La Habana. En todas las postales y en todas partes, porque esos coches están en cada espacio abierto y aún cerrado de La Habana. La producción debió ser enorme en los años cincuenta.

Interior del "almendrón" con mis acompañantes
Llegar hasta uno de esos coches puede ser una aventura con muchos intermediarios. Todos quieren atribuirse ante el chófer que ellos han sido los que han conseguido su cliente. Lo que narro a continuación es cierto: un hombre que parecía ir a alguna parte con cierta prisa se ha ofrecido a acompañarme hasta una “máquina” que sería buena y no vetusta. Al llegar a una esquina el coordinador de intermediarios me ha tomado desapareciendo el primer acompañante. Me ha acompañado para pasar la calzada. Me ha entregado a otro hombre que estaba al otro lado quien me ha llevado hasta otro que ha sido el que me ha presentado al chófer que me iba a llevar. Aún ha venido otro para echarme la bronca de por qué no se lo había dicho a él antes que a todos los que me habían acompañado.

Esta es la red de intermediarios que intentan llevarse una propina del chófer que va a conducir.


El viaje me deparaba una sorpresa. Viajábamos cinco personas junto al conductor. La policía ha parado el coche. Me ha preguntado de dónde era, luego si las mujeres que iban en el coche, dos, iban conmigo. He dudado para contestar que sí y así evitarles problemas, pero he dicho la verdad y le he dicho que no. Les han registrado los bolsos con detenimiento. Una llevaba pescado envuelto en ropa y se lo han hecho sacar. A los demás también los han registrado. A todos excepto a mí. Una vez más quedaba de manifiesto la discriminación que el cubano tiene con el cubano. Se han llevado al chófer y al rato ha vuelto. La conclusión a la que ha llegado es que la policía estaba buscando carne de vaca. Recordar que comerciar con carne de vaca está penado con cárcel, de 10 a 30 años. 

Cuando les he comentado al resto que había dudado en decir que sí que me acompañaban para evitarles registros, me han dicho que menos mal que no lo he hecho porque hubieran pensado que eran jineteras y entonces iban dadas. 

Cuba. La forma de entender el trabajo


Fabrica de ron paralizada porque las etiquetas estaban húmedas.
En Pinar del Río se puede callejear. A mí me encanta. No es una población bonita, pero es dinámica. Lugares que merezcan una visita no hay muchos, un parque bien cuidado a las afueras, una fábrica de ron y otra de cohíbas.  

Parque infantil de Pinar del Río. Agradable y bien cuidado.
La fábrica de ron estaba abierta al turista, para comprar, pero no funcionaba hoy.¿El motivo? Porque al llover las etiquetas que se pegan en las botellas se habían humedecido y no pegaban bien. Todos los trabajadores a casa. Cierto. 

En la fábrica tienen prohibida la entrada los cubanos que no trabajen en ella. Los turistas tenemos vía libre. 

Por un motivo semejante estaba cerrada la fábrica de tabaco. Las hojas de tabaco estaban húmedas y fiesta para todos. No hay que olvidar que este es un país tropical, y aunque ha llovido bastante durante tres días, no más que cuando llueve durante tres días seguidos en cualquier pueblo de España.


Imagen habitual en Cuba, de mujer yendo de paquete en una
bicicleta, que no veía desde que era niño.


La economía socialista tiene bastante matices que soy incapaz de comprender.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Cuba. En Pinar del Río.


Aquí está viviendo un alcañizano, Fernando, que estaba en la brigada municipal de Alcañiz. Tengo su teléfono, pero en La Habana, así que si no me lo encuentro por la calle, cosa harto difícil, no lo voy a ver.

He llegado a Pinar del Río con la ropa casi seca y las zapatillas poco húmedas, después de un viaje en un jeep compartido con media docena de cubanos.

Este desayuno corresponde a mi estancia en Viñales. Café
con leche, pan con mantequilla, tortilla de dos huevos, jugo, que
es como denominan al zumo, fruta variada y empanadilla. Para
aguantar hasta la cena. Son los desayunos habituales para los 
turistas en las casas de huéspedes.
Los cubanos son amantes de las bromas. Son bromas bastante rústicas. Cuando un extranjero les sigue con la broma, primero se asombran y luego ríen a carcajada tendida. Esta mañana cuando he cogido un taxi colectivo (es un taxi que sale cuando se llena y el precio está establecido y muy barato, no llega a un euro de Viñales a Pinar del Río) me querían cobrar el doble de su precio. Le he contestado con alguna gracia que no recuerdo y han reído los dos que estaban y decían sin parar de reír, este es más cubano que nosotros dos juntos. Ha sido la gracia que han repetido varias veces durante el viaje.


La tarea de busca alojamiento es fácil. En el primer lugar donde he entrado a preguntar, una casa particular, he encontrado como recepcionista una de las personas de aspecto más extraño que he visto en mi vida. Su cara era de mujer un poco basta, su voz de mujer, sus brazos velludos como los míos. Llevaba falda y sus piernas estaban depiladas hasta cuatro dedos por encima de la rodilla y desde allí hasta donde se le veía con más vello que yo. No tenía alojamiento pero me ha enviado a casa de una amiga suya. Y aquí me alojo. 

No es necesario ir con habitación reservada. Por todas partes hay gente que ofrece sus casas como hospedería. Lo peor es que siendo un país tan luminoso la mayoría de las habitaciones no tienen ventanas. No lo puedo entender. Eso me agobia, pero me voy acostumbrando. 

Por unos doce euros tengo la habitación con terraza y un opulento desayuno. 

Viñales. Caramelo y yo y mi ropa húmeda.


Caramelo es el de abajo.
Caramelo y yo no nos conocíamos. Ahora somos íntimos después de haber estado cabalgando tres horas sobre sus lomos.

Es un caballo más parecido a Rocinante, enjuto, de mirada `perdida, obediente y tan buena persona como se pueda decir de un caballo. Sin rechistar, sólo con algún movimiento de cabeza hacia arriba que no correspondía me ha ido llevando por un valle lleno de agua y barro para conocer las interioridades de Viñales.

Caramelo tiene un olor especial que conservo aún después de ducharme. Su presencia y recuerdo creo que me van a acompañar varios días. Ha sido un viaje muy vaquero bajo la lluvia incesante donde hasta he vadeado un río con el agua que me llegaba a los tobillos. Ha estado bien con conversación agradable con el propietario de Caramelo.

He llegado calado hasta los huesos y con el agravante de que no tengo más ropa seca para poder cambiarme. Tengo más, pero está en La Habana.

La lluvia y el viajar con escaso equipaje tiene sus problemas.

Obsérvese mi calzado vaquero. Es todo lo que me queda. Unas
chancletas. La ropa más seca es la que llevo puesta que está
calada.
Llevaba unos vaqueros puestos y otros pantalones de repuesto. No contaba con tanta lluvia. El primer día me puse de barro hasta las cejas y lavé los vaqueros, pero con tanta lluvia, a pesar de que los iba volviendo del derecho y del revés cada poco, a pesar de que los entraba al calor de mi hogar y los sacaba cuando amenazaba con salir un rayo de sol, con tanta lluvia no se secaban.

Esta mañana estaban sólo húmedos y me he dicho, bueno me los pondré aunque estén húmedos cuando me vaya, pero la casera me ha dicho que eso lo solucionaba ella en un momento y que me los iba a entregar secos. Me he alegrado y confiado se los he entregado. Media hora después me los ha devuelto todavía más mojados. No sé qué ha hecho. Me ha dicho que eso se solucionaba en un momento poniéndolos en la rejilla del aire acondicionado (sólo frío). Resumiendo que ahora me encuentro mojado por la lluvia, dentro de la habitación, con el aire acondicionado a tope, helado de frío y sin poder salir porque estoy en calzoncillos.

También se ha llevado mis zapatillas para secarlas y aún no me las ha devuelto. Me temo que sea por vergüenza por estar más chapinadas aún.


Mañana me voy de Viñales, espero que no sea en calzoncillos y con una bolsa de plástico conteniendo toda la ropa mojada.

Viñales. Ejerciendo de agricultor.

Caminando con los pies desnudos por 
entre el tabaco recién plantado.

Joan, que es el casero donde estoy me ha llevado en su moto hasta su finca. Los dos nos hemos hartado de preguntar al otro. Él me preguntaba sobre la economía y la forma de trabajo de los agricultores en España y yo lo mismo en Cuba además de por todos los productos distintos que ellos cultivan, de los cuales he olvidado casi todos los nombres (en realidad todos menos el de la yuca que ya conocía).

Descansando de la jornada de trabajo
con el vaso de ron correspondiente.
Joan limpiando la yuca
Hemos estado en casa de otro campesino amigo de Joan, donde nos han invitado a tomar queso, jamón, una cosa rara y pan. Para beber; ron. Yo me he tomado sólo unos sorbos de ron y luego vino clarete seco. Pero Joan, que es el conductor de la moto que me lleva se ha bebido un palmero de ron.

Casco de moto que me ha endiñado Joan para ir de copiloto.
Hemos estado charlando, conociendo costumbre, viendo cómo manejaba el machete para cortar la yuca. Ha ordeñado una vaca y yo ayudándole. He comido plátanos gordos como un puño y hasta he masticado café verde. Eso sí, me he puesto de barro y agua hasta las narices. Además como sigue lloviendo y tengo las zapatillas mojadas, esperando que se me sequen, he caminado descalzo por campos, barro y zarzas. Ha sido una estupenda jornada.


Como me gustan los proyectos nuevos y las aventuras de todo tipo, le he preparado un proyecto sobre las tierras que trabaja, que le ha entusiasmado.  Hemos quedado en seguir en contacto y que le vaya dirigiendo el proyecto. Ya veremos, porque le va a llevar bastante tiempo y mucho trabajo. 

A destacar  que el trabajo de ayuda entre los campesinos es habitual. Cuando Joan plantó el tabaco le ayudaron diecisiete personas. En una tarde hicieron todo el trabajo. Luego él les ayudará cuando lo necesiten. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Cuba. Excursión por Viñales (22/octubre/2014)


Cueva de La Vaca, en Viñales, que se ha tragado a mis
compañeros de escapada, dejándome sólo y perdido en
el sotobosque cubano.
Desde que llegué a Viñales que ha estado lloviendo casi sin parar y algunas veces con ganas. Así que me ha tocado estar de reposo, que no me ha venido nada mal. Por la tarde ha escampado y he decidido ir al campo a caminar por las montañas. Había abundante barro, es lógico. Las sendas no están señalizadas, pero eso no tiene importancia. Lo peor es que los cubanos que tienen algún negocio por insignificante que sea te dicen que la ruta va por otro sitio para que pases por su casa donde muy amablemente te venderán algo. Así que sorteando barro, cubanos vendedores de nada y caminos sin señalizar he encontrado a unos alemanes y una pareja de eslovenios con los que hemos ido tomando caminos y sendas mientras hablábamos de todo y le daba a un alemán clases de español. 

A las siete se hace de noche y no se anda la cosa con muchos avisos. En pocos minutos es noche cerrada. Volviendo hemos entrado en una cueva. Ellos iban delante con una linterna. Yo me he quedado detrás para hacer una fotografía y cuando he intentado seguirles ya no veía la linterna, ni el suelo. Así que me he esperado a que volvieran. Pero no han vuelto, la cueva tenía salida por el otro lado. Después de esperar un rato, pensando que habrían salido por otro lado he decidido volver por mi cuenta. Pero hete aquí que estaba sólo en medio de una tupida vegetación sin saber dónde dirigirme y con las seis de la tarde que ya habían pasado. 

La foto está hecha después de haber pasado yo.
Tenía claro que iba a llegar al Caribe en excursión
naútica cuando he pasado por esta viga. (Era mucho
más larga de lo que parece e inménsamente profundo
el río)
He pensado que después de todo no estaría mal dormir una noche en el sotobosque cubano. Mientras llegaba la noche y encontraba un refugio, los hay, me he puesto a caminar por ver si encontraba algún lugar por dónde salir. He escuchado unas voces y me he dirigido hacia ellas teniendo la suerte de encontrar a sus emisores. Me han dicho que ellos iban a volver también a Viñales pronto, así que me he esperado. Mientras me han invitado a ir masticando caña de azúcar que han pelado para mí. Muy amables me han ido acompañando en mi vuelta. 

Lo peor estaba por llegar. Había que atravesar un río por encima de una viga de hierro donde justo cabía una de mis zapatillas con las suelas llenas de barro y resbaladizas. El primero ha pasado sin darle ninguna importancia. Hoy he sabido lo que es el canguelo. No era muy largo, algo así como corto pero eterno. Qué miedo he pasado. La viga moviéndose por el movimiento de mi paso y por el temblor que le transmitía. El que había pasado delante de mí ha salido a cogerme porque ya me veía río abajo.



Cuando he llegado al pueblo me he encontrado con los alemanes y me han dicho que cuando se han dado cuenta de que no les seguía uno de ellos ha vuelto a por mí, pero ya me había ido. No he sabido esperar lo suficiente. No he tenido la oportunidad de dormir en el campo. Otras ocasiones habrá. 

domingo, 7 de diciembre de 2014

Viñales. Sigue lloviendo


Parece que está previsto que toda mi estancia en Viñales esté pasada por agua. Sigue lloviendo y por lo tanto las cosas que hacer bastante limitadas. Tengo pendiente un paseo a caballo, pero si no lo logró hacer mañana, se va a quedar en un deseo.
Joan es mi casero y el dueño de las tierras que he visitado y donde
muy gustosamente le he ayudado.

Hoy he estado de campesino. El dueño de la casa en la que estoy es campesino y me ha llevado a conocer sus fincas y la forma de trabajo.
El estilo de trabajo es muy distinto. Aquí echas cualquier simiente en el suelo y a los cuatro días mide dos palmos. Tienen dos cosechas de maíz al año sin regadío. Es realmente privilegiado, pero poco y mal explotado, sin apenas maquinaria. Todo se hace de forma tradicional con una yunta de bueyes para arar el campo, con un carro con mula para ir hasta la explotación agraria, con machete para desbrozar,…

Un descanso de la jornada agrícola, de tertulia mientras 
seguía lloviendo con ganas. Voy descalzo porque tengo todo 
el calzado amerado. Por el campo he ido así.
Suelen decirte que todo se hace de forma natural, dando a entender que son ecológicos, pero cuando les preguntas por qué echan esos polvos, dicen, no eso no es nada, es para matar las hormigas que se comen las plantas de tabaco. El abono dicen que es natural, y es cierto que en gran medida utilizan el fiemo, pero echamos unos polvos para que crezcan más vigorosas. No entienden que eso es utilizar fertilizantes y tiene poco de natural.


Un puro, que no me he fumado, pero que han liado para mí
a partir de las hojas de tabaco en un plis plas.
El campesino en Viñales, en otras zonas no,  vive mucho mejor que el trabajador industrial o el habanero. Su sistema de trabajo es prácticamente capitalista. Si produces mucho ganas mucho, si produces poco ganas poco. Venden una parte de la producción al estado y deben comprarle al estado algunos productos que necesitan como la madera o la techumbre de vegetales para la construcción. 

Son más bien diferentes modelos. Casi nadie trabaja a sueldo del estado. Tienen gran parte de la alimentación asegurada con los productos que cultivan, además tienen gallinas, vacas, ovejas, que les proporcionan más alimentos, así que el beneficio es considerablemente mayor.

La experiencia de campesino ha sido interesante. He estado ordeñando una vaca, supervisando una plantación de tabaco, planificando qué cosas podría hacer en la explotación que tiene,... y luego me han invitado a almorzar, con ron por supuesto, y me han ofrecido un puro que a partir de las hojas de tabaco han liado delante de mí en un instante. 


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Urbanidad, bromas y gracias


Esto no es una broma, aunque parece. Bajo esta sombrilla
se reparan todo tipo de celulares.
A pesar de los muchos eslóganes que están por todas partes llamando a valores comunes como el respeto, la paz, la libertad, la solidaridad,… algunas cosas me han llamado la atención. Vaya por delante que el cubano es muy agradable, abierto, de fácil conversación, afable y dispuesto a ayudarte. Pero en los autobuses no se cede un asiento a una persona mayor en ningún caso. Un asiento es un logro que consigue el más fuerte o el más hábil. He visto en bastantes ocasiones a una mujer de mediana edad sentada en un asiento, quedar el de al lado libre y llamar corriendo a su hijo pequeño para que lo ocupara antes que una persona mayor que había hecho intención de sentarse.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que cuando les das las gracias no suelen contestar con el típico de nada o un no se merecen o algo parecido. El contraste con los argentinos es tremendo. Cuando les das las gracias, a los argentinos, aunque sea puro formulismo, mueven los brazos y exclaman que no se merecen, por favor faltaría más, y le has preguntado que si para aquí el autobús número 25, te ha contestado que sí y le has dado las gracias.
Parece un biscuter tuneado.


Más cosas que me están llamando la atención. El sentido del humor de los cubanos. Hacen bromas y se ríen a menudo, pero suele ser un humor poco elaborado y cuando hacen una broma, todavía no han acabado y ya dicen que era broma, sin darte casi opción ni a cogerla, ni a disfrutarla. Si les contestas con otra broma se quedan sorprendidos de que un extranjero también tenga sentido del humor e inmediatamente hacen algún comentario como “dice que es español, pero este es más cubano que nosotros”. Si encima empleas alguna palabra propia ya se entregan pensando que en realidad eres un cubano de toda la vida pero que te esfuerzas en tener otro acento. Las bromas entre blancos y negros también son comunes, sanas por no ser políticamente correctas.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Cuba. Yuma arrancao.


Ser rubio o pelirrojo en España y con mis muchos años siempre me ha proporcionado la ventaja, unas veces, y la desventaja, otras, de ser confundido con un extranjero. En ocasiones también en países hispanoamericanos me ha resultado difícil convencer a la gente que soy español. Cosa de estereotipos. 

Un yuma arrancao
He estado en muchas situaciones de tener a un interlocutor que hablaba español y que se esforzaba en hablar en inglés conmigo a pesar de haberle dicho que era español.


En Cuba cada poco tiempo se produce una situación graciosa por este motivo. Se dirigen a mí en inglés (un inglés muy básico generalmente para asaltar a los turistas), cuando se les acaba el repertorio, que es pronto, te preguntan ¿weraryufrom? de una tacada para saber de dónde eres. Como me han hablado en inglés, yo les contesto en inglés que soy español. Lo lógico es que sabiendo que soy español a partir de ese momento la conversación fuera en el idioma que los dos dominamos, pero entonces sigue el cubano con su segunda lección que ha aprendido en el inglés del vendedor superviviente, y es decir que él ha estado in Spain y que tiene un precio especial o algo así para ofrecerte habanos, cohíbas y otras marcas de puros que nunca he escuchado. Cansado de ver los esfuerzos del vendedor por comunicarse conmigo en inglés le digo en claro español que soy español ¿por qué no me lo habías dicho antes? Contestan. Algunos incluso han comprendido que soy español y me siguen hablando en inglés como si España fuera un país extraño en el que se ha utilizado la lengua española para colonizar a los cubanos, pero que entre nosotros hablamos el inglés.

Lo que les sorprende, pero sirve para tenerte como uno de los suyos es cuando les dices que eres un yuma arrancao, algo así como un guiri con poco dinero. Se ríen y luego invariablemente dicen, eres más cubano que nosotros.