Ser rubio o
pelirrojo en España y con mis muchos años siempre me ha
proporcionado la ventaja, unas veces, y la desventaja, otras, de ser
confundido con un extranjero. En ocasiones también en países
hispanoamericanos me ha resultado difícil convencer a la gente que
soy español. Cosa de estereotipos.
Un yuma arrancao |
He estado en muchas situaciones
de tener a un interlocutor que hablaba español y que se esforzaba en
hablar en inglés conmigo a pesar de haberle dicho que era español.
En Cuba cada poco
tiempo se produce una situación graciosa por este motivo. Se dirigen
a mí en inglés (un inglés muy básico generalmente para asaltar a
los turistas), cuando se les acaba el repertorio, que es pronto, te
preguntan ¿weraryufrom? de una tacada para saber de dónde eres.
Como me han hablado en inglés, yo les contesto en inglés que soy
español. Lo lógico es que sabiendo que soy español a partir de ese
momento la conversación fuera en el idioma que los dos dominamos,
pero entonces sigue el cubano con su segunda lección que ha
aprendido en el inglés del vendedor superviviente, y es decir que él
ha estado in Spain y que tiene un precio especial o algo así para
ofrecerte habanos, cohíbas y otras marcas de puros que nunca he
escuchado. Cansado de ver los esfuerzos del vendedor por comunicarse
conmigo en inglés le digo en claro español que soy español ¿por
qué no me lo habías dicho antes? Contestan. Algunos incluso han
comprendido que soy español y me siguen hablando en inglés como si
España fuera un país extraño en el que se ha utilizado la lengua
española para colonizar a los cubanos, pero que entre nosotros
hablamos el inglés.
Lo que les sorprende, pero sirve para tenerte como uno de los suyos es cuando les dices que eres un yuma arrancao, algo así como un guiri con poco dinero. Se ríen y luego invariablemente dicen, eres más cubano que nosotros.
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