sábado, 13 de diciembre de 2014

Viñales. Caramelo y yo y mi ropa húmeda.


Caramelo es el de abajo.
Caramelo y yo no nos conocíamos. Ahora somos íntimos después de haber estado cabalgando tres horas sobre sus lomos.

Es un caballo más parecido a Rocinante, enjuto, de mirada `perdida, obediente y tan buena persona como se pueda decir de un caballo. Sin rechistar, sólo con algún movimiento de cabeza hacia arriba que no correspondía me ha ido llevando por un valle lleno de agua y barro para conocer las interioridades de Viñales.

Caramelo tiene un olor especial que conservo aún después de ducharme. Su presencia y recuerdo creo que me van a acompañar varios días. Ha sido un viaje muy vaquero bajo la lluvia incesante donde hasta he vadeado un río con el agua que me llegaba a los tobillos. Ha estado bien con conversación agradable con el propietario de Caramelo.

He llegado calado hasta los huesos y con el agravante de que no tengo más ropa seca para poder cambiarme. Tengo más, pero está en La Habana.

La lluvia y el viajar con escaso equipaje tiene sus problemas.

Obsérvese mi calzado vaquero. Es todo lo que me queda. Unas
chancletas. La ropa más seca es la que llevo puesta que está
calada.
Llevaba unos vaqueros puestos y otros pantalones de repuesto. No contaba con tanta lluvia. El primer día me puse de barro hasta las cejas y lavé los vaqueros, pero con tanta lluvia, a pesar de que los iba volviendo del derecho y del revés cada poco, a pesar de que los entraba al calor de mi hogar y los sacaba cuando amenazaba con salir un rayo de sol, con tanta lluvia no se secaban.

Esta mañana estaban sólo húmedos y me he dicho, bueno me los pondré aunque estén húmedos cuando me vaya, pero la casera me ha dicho que eso lo solucionaba ella en un momento y que me los iba a entregar secos. Me he alegrado y confiado se los he entregado. Media hora después me los ha devuelto todavía más mojados. No sé qué ha hecho. Me ha dicho que eso se solucionaba en un momento poniéndolos en la rejilla del aire acondicionado (sólo frío). Resumiendo que ahora me encuentro mojado por la lluvia, dentro de la habitación, con el aire acondicionado a tope, helado de frío y sin poder salir porque estoy en calzoncillos.

También se ha llevado mis zapatillas para secarlas y aún no me las ha devuelto. Me temo que sea por vergüenza por estar más chapinadas aún.


Mañana me voy de Viñales, espero que no sea en calzoncillos y con una bolsa de plástico conteniendo toda la ropa mojada.

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