lunes, 8 de diciembre de 2014

Cuba. Excursión por Viñales (22/octubre/2014)


Cueva de La Vaca, en Viñales, que se ha tragado a mis
compañeros de escapada, dejándome sólo y perdido en
el sotobosque cubano.
Desde que llegué a Viñales que ha estado lloviendo casi sin parar y algunas veces con ganas. Así que me ha tocado estar de reposo, que no me ha venido nada mal. Por la tarde ha escampado y he decidido ir al campo a caminar por las montañas. Había abundante barro, es lógico. Las sendas no están señalizadas, pero eso no tiene importancia. Lo peor es que los cubanos que tienen algún negocio por insignificante que sea te dicen que la ruta va por otro sitio para que pases por su casa donde muy amablemente te venderán algo. Así que sorteando barro, cubanos vendedores de nada y caminos sin señalizar he encontrado a unos alemanes y una pareja de eslovenios con los que hemos ido tomando caminos y sendas mientras hablábamos de todo y le daba a un alemán clases de español. 

A las siete se hace de noche y no se anda la cosa con muchos avisos. En pocos minutos es noche cerrada. Volviendo hemos entrado en una cueva. Ellos iban delante con una linterna. Yo me he quedado detrás para hacer una fotografía y cuando he intentado seguirles ya no veía la linterna, ni el suelo. Así que me he esperado a que volvieran. Pero no han vuelto, la cueva tenía salida por el otro lado. Después de esperar un rato, pensando que habrían salido por otro lado he decidido volver por mi cuenta. Pero hete aquí que estaba sólo en medio de una tupida vegetación sin saber dónde dirigirme y con las seis de la tarde que ya habían pasado. 

La foto está hecha después de haber pasado yo.
Tenía claro que iba a llegar al Caribe en excursión
naútica cuando he pasado por esta viga. (Era mucho
más larga de lo que parece e inménsamente profundo
el río)
He pensado que después de todo no estaría mal dormir una noche en el sotobosque cubano. Mientras llegaba la noche y encontraba un refugio, los hay, me he puesto a caminar por ver si encontraba algún lugar por dónde salir. He escuchado unas voces y me he dirigido hacia ellas teniendo la suerte de encontrar a sus emisores. Me han dicho que ellos iban a volver también a Viñales pronto, así que me he esperado. Mientras me han invitado a ir masticando caña de azúcar que han pelado para mí. Muy amables me han ido acompañando en mi vuelta. 

Lo peor estaba por llegar. Había que atravesar un río por encima de una viga de hierro donde justo cabía una de mis zapatillas con las suelas llenas de barro y resbaladizas. El primero ha pasado sin darle ninguna importancia. Hoy he sabido lo que es el canguelo. No era muy largo, algo así como corto pero eterno. Qué miedo he pasado. La viga moviéndose por el movimiento de mi paso y por el temblor que le transmitía. El que había pasado delante de mí ha salido a cogerme porque ya me veía río abajo.



Cuando he llegado al pueblo me he encontrado con los alemanes y me han dicho que cuando se han dado cuenta de que no les seguía uno de ellos ha vuelto a por mí, pero ya me había ido. No he sabido esperar lo suficiente. No he tenido la oportunidad de dormir en el campo. Otras ocasiones habrá. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario