jueves, 7 de noviembre de 2019

La comunicación. Moldavia. Septiembre 2019


La comunicación. Moldavia. Septiembre 2019

Moldavia es el país europeo que menos turistas recibe y entre los que menos del mundo. En más de una ocasión he sentido la sensación de ser la única persona extranjera que veían algunas personas.
La falta de turismo se traduce en algunas cosas curiosas. Lo primero es que muy poca gente habla inglés y les resulta inhabitual comunicarse por gestos para hacerse entender. En muchas ocasiones una persona me decía algo tranquilamente y me lo repetía una y otra vez mirándome con cara de decir “si te lo estoy diciendo tan clarico, ¿cómo es que no lo entiendes?, no te preocupes que te lo vuelvo a repetir y pacientemente me lo repetía.

Yo, que habitualmente manopleo mucho cuando hablo, cuando intento hacerme entender con un moldavo, todavía más, hasta el punto que una persona viendo toda mi jerga de movimientos y mi maestría se acercó a mí creyendo que era sordomudo y se puso a hablarme con el lenguaje de los signos. El sordomudo era él y cuando vio que no había forma de entendernos me hizo un gesto diciendo ahí te quedas.

Entré en una peluquería a cortarme el pelo. Posiblemente no se habían visto nunca en esa situación de tener a un guiri como cliente. Había cuatro peluqueras, dos estaban cortando el pelo a otros hombres y otras dos esperaban nuevos clientes. Las cuatro se quedaron paradas cuando me vieron, y no por mi hermosura. Esperaban a que dijera algo. Con gestos les dije que me iba a cortar el pelo. Se miraron extrañadas. Luego hablaron entre ellas, me miraron y una de las que estaba desocupada me hizo saber que no me lo cortaba. Le pregunté por qué y me dio una explicación que no entendí. La otra desocupada se hizo la desentendida. Creí que era mal recibido y no sabía por qué. Luego, una de las que estaba cortando el pelo a un hombre, me dijo que esperara que ella me lo cortaría. Entraron otros hombres y las desocupadas los atendieron mientras yo esperaba. Luego la que me dijo que me lo cortaría me lo cortó. No hubo ningún problema. Pensando en la situación llegué a la conclusión de que no me lo cortaban por miedo a aventurarse con un hombre al que no entendían.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Ópera en Chisinau. Moldavia. Septiembre 2019


Ópera en Chisinau. Moldavia. Septiembre 2019

En los cursos que la Universidad de Zaragoza imparte para los abuelos, “Universidad de la experiencia” la llaman, hubo unas clases sobre ópera. Yo había escuchado alguna, me había interesado por el tema, había visto varios capítulos de un programa de televisión “This is opera”, pero nunca había asistido a ninguna representación en vivo. Tenía en mi agenda ir a alguna este año. La ocasión se me presentó en Moldavia. Vi un cartel que la anunciaba pero como en España se suelen agotar las localidades en poco tiempo, descarté ir, ni preguntar, pues la obra se representaba al día siguiente: “La Traviata” de Verdi.
Para el día siguiente tenía previsto un viaje. Pero por la noche pensé que costaba bien poco comprobar si había localidades. Y sí, las había y además baratísimas. Compré una localidad en un asiento inmejorable por tan sólo 7,50 euros. Anulé, conmigo mismo, el viaje del día siguiente y me dispuse a ir a la ópera. Aunque había una entrada aceptable no se llenó. Pensé que sería una representación de andar por casa. Pero no. Fue magnífica tanto en la puesta en escena, la iluminación, la coreografía, la interpretación y el canto. Imagino que algún entendido sería capaz de sacar defectos, pero yo sólo vi elementos de elogio. Me quedé tan satisfecho que tengo cierto temor de ir a otra representación operística no vaya a ser que me defraude. Al final, como un moldavo más aplaudí hasta que me dolieron las manos.
El único problema que tuve fue el texto que no entendí y los subtítulos en moldavo no me sirvieron de mucho, pero para subsanarlo me había leído previamente el guión en castellano, así que me sabía lo que pasaba, lo que iba a pasar y cómo acababa. No me importó en absoluto destriparme el argumento.

martes, 5 de noviembre de 2019

Transnistria. Tiraspol. Septiembre 2019

"Multitud" a orillas del río Dniéster que es el que da nombre
a la república de Transnistria (Tras el Dniéster)

Transnistria. Tiraspol. Septiembre 2019

La capital de Transnistria es Tiraspol. Otra ciudad importante y de buen aspecto turístico es Benden, pero no me dio tiempo a ir con mi visado de 10 horas y la combinación de microbuses que tenía limitados mis desplazamientos.

Tiraspol es una ciudad limpia y muy ordenada. Demasiado ordenada. Quizás fuera mi predisposición, pero de tanto orden me pareció triste.

Concurrida calle del centro de Tiraspol
Como me gusta andar y ver aquello que las ciudades no enseñan me alejé bastante del centro. Vi mercadillos de un orden que asusta, con las vendedoras de los puestos uniformadas. Como se me hizo la hora de comer busqué algún lugar, en un mercadillo tenía que haberlo. No no había ni restaurantes, ni cantinas, ni nada parecido. La economía es tan precaria que no tienen dinero para gastarlo en esos sitios. Sólo pude encontrar un minúsculo bar donde todo lo que pudieron ofrecerme para comer fue algo parecido a dos croquetas. Menos mal que las pude acompañar con un cerveza Báltika que me recordó las muchas que tomé cuando estaba en Rusia.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Transnistria. Relaciones con Moldavia. Septiembre 2019


Transnistria. Relaciones con Moldavia. Septiembre 2019.

Transnistria. Iglesia y ejército se vigilan.
Los habitantes de Transnistria tienen pasaporte moldavo para poder desplazarse por el mundo, porque Transnistria no está reconocido por ningún país. No debe ser difícil conseguir también los pasaportes ucranianos o rusos, porque se ven anuncios de oficinas donde los tramitan.

Su equipo de fútbol el Sheriff Tiraspol juega en la liga moldava y algún año ha quedado campeón por lo que ha sido el representante de Moldavia en la liga europea.

Pasar y traspasar la frontera con Moldavia no supone ningún problema para transnistrios y moldavos. Es fácil ver coches matriculados en Moldavia dentro de Transnistria y, menos habitual, también al revés.

Las personas, terminado el odio fomentado por los políticos, tienen una convivencia pacífica y amigable.
Lenin me vigila. No le sirvió de nada.

Aunque Transnistria tiene su propio ejército, la seguridad depende de Rusia que tiene allí parte de su ejército, supuestamente para mantener la paz como misión de la ONU, pero que la ONU le ha dicho que se vaya y no se van. Rusia no reconoce a Transnistria, pero le da alas. Últimamente ha instalado un consulado en Transnistria, como si fuera un consulado en tierras moldavas, pero lógicamente supone cierto reconocimiento de Transnistria y mucho malestar en Moldavia.

He escrito que Transnistria no está reconocida por ningún país. Había que aclarar que no está reconocida por ningún país reconocido, pues tiene embajadas de Abjasia, Nagorno Karabaj y Osetia del Sur. Estas embajadas están en un mismo piso cochambroso que por lo que vi deduzco que no tienen ninguna actividad.