Esto no es una broma, aunque parece. Bajo esta sombrilla
se reparan todo tipo de celulares.
|
A pesar de los
muchos eslóganes que están por todas partes llamando a valores
comunes como el respeto, la paz, la libertad, la solidaridad,…
algunas cosas me han llamado la atención. Vaya por delante que el
cubano es muy agradable, abierto, de fácil conversación, afable y
dispuesto a ayudarte. Pero en los autobuses no se cede un asiento a
una persona mayor en ningún caso. Un asiento es un logro que
consigue el más fuerte o el más hábil. He visto en bastantes
ocasiones a una mujer de mediana edad sentada en un asiento, quedar
el de al lado libre y llamar corriendo a su hijo pequeño para que lo
ocupara antes que una persona mayor que había hecho intención de
sentarse.
Otra cosa que me ha
llamado la atención es que cuando les das las gracias no suelen
contestar con el típico de nada o un no se merecen o algo parecido.
El contraste con los argentinos es tremendo. Cuando les das las
gracias, a los argentinos, aunque sea puro formulismo, mueven los brazos y exclaman que
no se merecen, por favor faltaría más, y le has preguntado que si
para aquí el autobús número 25, te ha contestado que sí y le has
dado las gracias.
Parece un biscuter tuneado. |
Más cosas que me
están llamando la atención. El sentido del humor de los cubanos.
Hacen bromas y se ríen a menudo, pero suele ser un humor poco
elaborado y cuando hacen una broma, todavía no han acabado y ya
dicen que era broma, sin darte casi opción ni a cogerla, ni a
disfrutarla. Si les contestas con otra broma se quedan sorprendidos
de que un extranjero también tenga sentido del humor e
inmediatamente hacen algún comentario como “dice que es español,
pero este es más cubano que nosotros”. Si encima empleas alguna
palabra propia ya se entregan pensando que en realidad eres un cubano
de toda la vida pero que te esfuerzas en tener otro acento. Las bromas entre blancos y negros también son comunes, sanas por no ser políticamente correctas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario