De cuando en cuando
voy anotando algunos datos que no dejan de sorprenderme de este
gobierno. Creo que ya ha quedado escrito que acceso a internet sólo
la tienen gentes del partido y algunos profesionales como médicos
que la necesitan por su trabajo. Otros pocos solo tienen acceso a
poder enviar y recibir correos electrónicos y la mayoría conoce
internet por lo que les contamos los turistas, poniendo ojos como
platos cuando les comentamos alguna aplicación que desconocen.
Los mendigos que andan buscando por las basuras para llevarse
algo a la boca o que andan pidiendo por todas partes una moneda
o durmiendo en la calle no son infrecuentes.
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A la lista de este
gobierno hay que añadir una más. En la casa donde estoy he
preguntado que si nadie en Cuba tenía antena parabólica. Jesús, el
casero, ha puesto su mano en la boca para ocultar sus palabras y en
voz baja me ha dicho “está prohibido”. ¿No tiene nadie? Alguno
tiene pero oculta en la terraza y a expensas de que algún vecino lo
denuncie.
También me han
hablado de los sociolistas, que son los socios de amigos del partido,
bien situados que colocan a sus amigos y familiares. Una práctica
muy extendida. Me han asegurado varios que si tienes una profesión
como médico o ingeniero y no eres del partido, olvídate de poder
trabajar en lo tuyo.
A una muchacha de 14
años, cuyos padres murieron en un accidente, el gobierno quiso
quitarle la casa, porque la superficie de la casa está en relación
con el número de personas que la habita, ya que se había quedado
ella sola y era demasiada superficie para una niña. Tuvo que ir a
juicio y finalmente pudo mantenerla.
Si a un trabajador
lo contrata una compañía extranjera, el salario lo pacta el
gobierno al alza, y es el gobierno quien lo cobra, luego pone a los
trabajadores y les paga una ínfima parte de lo el gobierno recauda
por su trabajo.
Muchas veces me digo
que ya conozco casi todo de la situación social en Cuba, pero
después de escuchar a los cubanos me pregunto qué será lo próximo
que descubra.
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