Áqaba. Peluquería Paqui
y tejas Borja.
Entre cientos de carteles,
señales y mensajes en árabe y alguno en inglés, me quedé perplejo
cuando leí: “Peluquería Paqui”. Especulé sobre el motivo de
ese nombre escrito en español. Era un anuncio. Unos metros más
adelante encontré la peluquería de la que iba a pasar de largo,
pero escuché una televisión en español, así que entré para
obtener una explicación a mi curiosidad. Allí estaba la Paqui
dispuesta a dármela. Paqui es una granadina que se casó con un
jordano y vive allí desde hace un porrón de años. Sus hijos
también son jordanos y ahora los tiene repartidos por el mundo. Ya
no volverá a vivir ni a morir a España, pero todos los días pone
por la tarde un programa de cotilleos para distraerse ella y sus
clientas jordanas mientras les hace la permanente.
De Áqaba volví a pasar la frontera con Israel para ir a Jerusalén y en la frontera, donde hacía unos días había tenido mi extraña relación con los taxistas, veo unos palets de tejas “tejas Borja”. No encontré a nadie de Borja para que me diera una explicación. Pasé la frontera y camino a Jerusalén en autobús.
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