sábado, 31 de agosto de 2019

Áqaba. Mayo 2019


Áqaba

Pasé sólo un día en Áqaba, al sur de Jordania junto al Mar Rojo. Es una ciudad turística semejante a cualquiera española. Los precios están indicados en los productos y restaurantes, lo que supone una gran ventaja y no tener que pasar por el continuo regateo y la sensación de que te han engañado. Es una ciudad muy barata, sobre todos comparándola con Israel o con los continuos timos a los que somos sometidos los turistas en Wadi Musa, la población que está junto a Petra. Comí como un general en un restaurante sirio con un camarero impecable en el trato y servicio. Luego cené por dos o tres euros hasta dejarme comida y eso que yo soy de la generación que antes de dejarme comida en el plato debo pensar en los negritos que no pueden comer.
Tienda donde venden ropa (se supone)

Siempre suelo llevarme a los viajes parte de la ropa más vieja que tengo, por si hay que soltar lastre. En Áqaba unos pantalones que me habían acompañado en muchos viajes comenzaron a hacerse trozos, cómo sólo llevo los puestos y dos más, ante el temor de quedarme en calzoncillos en un día de lluvia, por ejemplo, me compré otros pantalones (sólo me he comprado dos pares de pantalones en los últimos diez años) para asegurarme un repuesto. Los compré por cuatro euros y contento con mi adquisición cuando llegué a casa me di cuenta de que eran tan baratos porque les faltaba un bolsillo que estaba arrancado.

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