sábado, 25 de junio de 2022

Armenia. Los tambores.

 


Armenia. Los tambores.

No sé la afición que los armenios tienen a los tambores. En su historia han debido utilizar muchos tambores de guerra, también en las procesiones y en el folclore. Cuando llegué a Ejmiatsin escuché unos tambores y hasta donde estaban me llevó mi sangre bajoaragonesa. Era una procesión con unos chavales que si vinieran por Alcañiz o Calanda aprenderían muchísimo.

La gente salía de sus comercios para reverenciar la procesión que estaba formada únicamente por sacerdotes de distinta categoría. Yo la seguí en todo el trayecto hasta ir a lo que se considera la catedral más importante del cristianismo armenio. Otra misa que me tragué, con sus ritos, con sus mujeres cantando en el coro, con otras mujeres que tocaban con el dorso de su mano una mantilla que cubría un cáliz que llevaba el que parecía un obispo. Todo un espectáculo plástico que me brindaron estos armenios.

La población, Ejmiatsin, es digna de visitarse pasando un día en ella. Yo lo pasé y disfruté.

Armenia. Espiridión.

 

Armenia. Espiridión.

Mi padre se llamaba Espiridión. Desde que falleció en septiembre de 2017 no he dejado de pensar un solo día en él, lo mismo que en mi madre desde que murió año y medio después. Espiridión es un nombre que posiblemente muriese en España cuando lo hizo mi padre, no he encontrado a ninguno más en las búsquedas que he hecho en internet y en las estadísticas. En cambio es un nombre bastante común en muchos países. En Moscú me encontré una calle dedicada a Espiridión, el primer ganador de un maratón se llamaba así y
en otros países me encontrado con personas que se llaman así. También en Armenia, en Ejmiatsin, me encontré una escuela de música con el nombre de mi padre.

Armenia. La cultura.

 

Armenia. La cultura.

Ya he escrito que los armenios son un pueblo muy identificado con su tradición y sus costumbres. Es un pueblo también muy hablador, aunque no les entendía nada. Cuando cogen un micro se crecen y no paran de hablar y si alguien del público tiene algo que decir, se sube, coge el micro y se puede estar todo el tiempo que quiera hablando.

Tuve la suerte de coincidir con dos acontecimientos importantes para Ereván. Uno la feria del vino donde decenas de miles de personas se dan cita para beber vino, degustar comida típica armenia por las calles. El otro acontecimientos fue uno estrictamente gastronómico y folclórico con decenas de puestos de comida y dulces armenios con gente vestida con su particular traje de jotera y con bailes, cantos y danzas tradicionales.

Me resultó extraño que cuando actuaba un grupo folclórico, si había gente a la que le apetecía formar parte de la danza, se agregaba y participaban. Es como si aquí un grupo de jota estuviera bailando para el público y las personas que quisieran se subieran al escenario para dar sus brincos joteros.

Ereván. El metro.

 


Ereván. El metro.

Eraván, la capital de Armenia sólo tiene una línea de metro, muy soviética, muy útil en caso de bombardeos, incluso de terremotos, muy limpia, muy barata, muy vigilada. Lo he utilizado mucho.

Armenia es un país muy seguro. He estado en todos los lugares que he querido, sin ningún miramiento por si podía ser seguro o no, por si había gente o no y en todos los lugares me he sentido seguro. Y el metro que pasa cada cinco u ocho minutos es un lugar muy seguro.

Armenia. Khor Virap.

 

Armenia. Khor Virap

Al fondo Ararat (en Turquía), medio oculto por las nubes.

Cuando inicié el viaje a Khor Virap, desde Ereván, no sabía que iba acompañado, pero estas son parte de las fortunas que te guarda el destino. Iba, y no lo sabía, junto a una chica rusa, abogada, guapa, joven, simpática y empática. Íbamos juntos en el mismo autobús, nos bajamos juntos, comenzamos a hablar y a no aceptar que un taxista nos insistiera en llevarnos gratis hasta el monasterio en los tres kilómetros que íbamos a recorrer a
pie. Insistió en que no nos cobraba. Lo hizo con tanta vehemencia que aceptamos. Cierto que era gratis el traslado, pero se nos ofreció a devolvernos a Ereván por 3 euros cada uno. Al final le salió bien, porque aceptamos la vuelta y cuando acabamos la visita nos devolvió a Ereván. A la rusa a su casa y a mí a la mía, despidiéndonos con la posibilidad de que yo cogiera un tren que me llevaría a Georgia que ella iba a coger al día siguiente por la noche. Finalmente no lo cogí y ya no sabré más de Esperanza, que es su nombre y de quien tampoco nunca sabré si apoyaba a Putin, porque no quise preguntárselo para no romper el encanto del encuentro.

En el monasterio me encontré con un matrimonio madrileño que había contratado un viaje en grupo y cuando llegaron a Armenia supieron que el grupo lo formaban únicamente ellos dos. Estuvimos hablando un buen rato.

El monasterio ofrece una de esas imágenes icónicas que merece la pena ir sólo por hacerla. En mi caso por intentar hacerla porque no resultó tan buena como las que aparecen en las guías de

Armenia. Geghard.

 

Armenia Geghard.

Llegar a Geghard por transporte público, que es lo que intento hacer siempre, resulta imposible. Tuve que caminar durante kilómetros, hacer autoestop hablando “Real Madrid, Barcelona y Rafa Nadal”, sólo esas palabras acompañadas de gestos, ir en marshrutka y en taxi. El trayecto se convierte en aventura que disfruto tanto como la llegada al final del camino.

El monasterio merece una visita. Parte está excavado en la roca y la zona del río que está al lado merece la misma atención que el propio monasterio.

Hoy otras rocas en las que los visitantes van acumulando piedras formando columnitas irregulares que cobijan y guardan eternamente deseos de los supersticiosos o de los enamorados o de los que tienen familiares enfermos. Yo también hice mi torrecita con mi deseo. Un niño, cerca de mí, fue construyendo su cúmulo cogiendo las piedras que otros habían ordenado para ver la realidad de sus anhelos. Cuando su familia se dio cuenta se llevó las manos a la cabeza lamentando que la querencia del niño se construyera destruyendo los sueños de otras gentes que le habían precedido.

jueves, 23 de junio de 2022

Armenia. Ereván.

 


Armenia. Ereván.

Ereván, que se pronuncia Yereván, es la capital de Armenia. Su forma de vivir, su urbanismo, su occidentalización no está extendida al resto de poblaciones armenias. Su urbanismo es muy irregular. Hay edificios modernos junto a zonas con tejados de uralita, iglesias de hormigón y otras pequeñas, coquetas y dignas de verlas y pasar un rato en ellas que están ocultas entre horribles edificios de las viviendas soviéticas para trabajadores. Buscando se pueden encontrar remansos de antigüedad.

La plaza de la República es espectacular y llamativa, los paseos que arrancan desde allí casi todos son dignos paseos con fuentes para beber y para ver. A la fuente de la plaza de la República todas ls noches le ponen música y se pone a bailar.

El paseo desde la plaza de la República hasta la Ópera, lo recorrí una treintena de veces porque su vida bulliciosa y cambiante va descubriendo caras, formas, gestos, comportamientos, espectáculos, a cada instante.

Más arriba de la Ópera hay un museo al aire libre con esculturas de calidad.

Una ciudad que me sorprendió positivamente.

Armenia. Lago Sevan.

 

Armenia. Lago Sevan.

Para llegar al lago Sevan con transporte público desde Ereván, la capital, es fácil y muy barato. El problema es que te deja en Sevan, que es la localidad próxima al lago y hasta la península que está dentro del lago y es la zona más icónica para ver, hay unos cuatro kilómetros que has de hacer a pie o en taxi. Es algo común a otras zonas turísticas de Armenia.

Estuve paseando un rato por Sevan y luego inicié la ruta a pie hasta la península, pensaba que sería alguna senda agradable, pero o no encontré la senda adecuada, o me indicaron mal. Los cuatro kilómetros se me hicieron largos, parte de ellos caminando por autopista. Cuando llegué al agua del lago vi que sus orillas estaban parceladas y era imposible seguir caminando por la arena porque había vallas que separaban unas propiedades de otras. Vuelta a la autopista. Un coche me paró cuando faltaba poco para llegar.

La visita es interesante. Las construcciones religiosas y la ceremonia, a la que asistí, tienen su interés y estar en un lago a cerca de dos mil metros de altura tiene su aquél.

El lago Sevan ha sobrevivido milagrosamente al interés que tuvieron los soviéticos en desecarlo tal como hicieron con el mar de Aral. Ahora luce espléndido y enorme. Su extensión supone aproximadamente un 5% del territorio armenio.

Armenia. La escritura.

 


Armenia. La escritura.

La única mezquita de Armenia.
Escriben en árabe.
Después de mis viajes a lugares lejanos ya voy sabiendo distinguir diversas formas de escribir. Desde España creemos que el alfabeto latino está implantado en todo el mundo y no es así, ni mucho menos. La necesidad de tener que utilizarlo en internet sí que está haciendo que muchas culturas distintas comiencen a familiarizarse con él.

La escritura armenia, que sólo emplea este pequeño país, resulta agradable de ver. A primera vista parece una sucesión interminable e indescifrable de m,n y u. En los días que he estado he aprendido algunas letras, pero son tan semejantes unas a otras que pronto las confundía.

El alfabeto armenio lo van alternando con el cirílico pues como Armenia formaba parte de la Unión Soviética estaban obligados a aprender ruso y ahora con la utilización del lenguaje latino en internet, pues van dando saltos de unas grafías a otras. Es fácil encontrarte en una fachada texto escrito de las tres formas.

En Ereván, la capital, hay un museo dedicado a la escritura armenia; Matenadarán, que aunque aporta poco para una latino como yo, no deja de ser llamativo ver cómo miman su lengua.

martes, 21 de junio de 2022

Armenia. Semejanzas con el pueblo judío.

 

Armenia. Semejanzas con el pueblo judío.

Los armenios no han tenido tanta influencia en la política y en la economía como los judíos, quizás por eso son menos conocidos y muy pocos conocen la persecución a la que han estado sometidos.

Primero el pueblo armenio tiene un sentido de la identidad muy fuerte. Se consideran armenios, como los judíos judíos a pesar de haber nacido en Francia, España o Estados Unidos. A pesar de que muchos armenios hace dos o tres generaciones que abandonaron Armenia conservan su lengua y sus tradiciones dentro de la familia.

Se calcula que hay unos once millones de armenios, de los cuales tres viven en Armenia y ocho en otros países.

El pueblo armenio ha sufrido persecución desde el inicio de los tiempos. De todas las persecuciones la más bestial, que buscaba su exterminio, la sufrió del imperio otomano a principios del siglo XX. Se calcula que un millón y medio de armenios fueron asesinados y muchos tuvieron que abandonar sus tierras.

Estuve en el espacio destinado a recordar la persecución y el genocidio contra el pueblo armenio. Es sobrecogedor. Al salir tuve ganas de encontrarme a un armenio para abrazarlo. No lo hice. Hubiera sido difícil de explicar.

A diferencia de los judíos, los armenios no han vuelto a ocupar una tierra que ya no era suya (Palestina por los judíos), sino que se han quedado en la tierra donde han habitado siempre, que cada vez ha sido más mermada por guerras.

Actualmente Armenia tiene todas las fronteras cerradas con Turquía, salvo una comunicación aérea con Estambul y sigue en guerra con Azerbayán.

La impresión es que es un pueblo de pacifistas que está continuamente en guerra.

lunes, 20 de junio de 2022

Armenia. Los salarios (junio 2022)

 

Armenia. Los salarios (junio 2022)

Bloque de pisos para trabajadores soviéticos
Conocí a una joven armenia que había nacido en Venezuela (había huido de Maduro), había estudiado farmacia en inglés, por lo tanto era licenciada, hablaba inglés a la perfección y armenio y español como lenguas maternas. Trabajaba en una multinacional y su salario no llegaba a los 250 euros al mes. Y era un buen salario. Los productos valen lo mismo que en España. Así que vivir es un ejercicio de supervivencia.

Y me sorprendió ver los restaurantes llenos, las calles llenas, colas para comprar helados (que sí son muy baratos),
todo el mundo con su teléfono móvil,... Los productos son caros y la mano de obra muy barata, de forma que los trabajadores apenas encarecen el producto y por lo tanto comer suele ser baratísimo o el transporte es ridículamente barato.

Como suele ocurrir en estos sitios la clase media apenas existe y hay una clase alta, muy rica y una clase baja empobrecida.

Armenia. Los comercios (junio 2022)

 

Armenia. Los comercios (junio 2022)

Cualquier hueco es suficiente para montar un negocio en Armenia. Los negocios, principalmente dedicados a la venta, están por todas partes. Sería poco exagerado decir que da la impresión de que hay tres establecimientos por habitante. Además de que casi todos los bajos de las viviendas están ocupados por negocios, los semisótanos también lo son, en algunos casos la primera planta y en otros entras en un edificio y está todo plagado de pequeños espacios donde en seis metros cuadrados tienes otro establecimiento. Las aceras también son un lugar para montar tu negocio con un metro cuadrado donde poner el cuerpo sentado del comerciante, una caja con cincuenta pimientos o unas cajas de cerezas o fresas y una báscula rudimentaria.

Se ve a personas dormidas e
n su negocio, esperando que algún potencial cliente las despierte para hacer algo de caja. Sufría viendo que muchas personas estaban diez o doce horas en el mismo sitio y posiblemente sin un solo cliente.

sábado, 18 de junio de 2022

Armenia. Religión. (junio 2022)

 




Armenia. Religión. (junio 2022)

Los armenios se tienen, y es verdad, por ser el primer país que se declaró cristiano. Eso fue en el siglo IV, pero ya en el siglo I se fundó la iglesia apostólica armenia. Conocí a los armenios cuando estuve en Jerusalén, ya que son los que forman una de las cuatro partes en que se divide.

En Armenia, un país de apariencias occidentales, no hay libertad religiosa. El 99% de sus gentes son cristianos armenios. Creo que sólo hay una mezquita en toda Armenia, que está en Ereván, la mezquita azul.

A pesar de ser pastafari, pedí la venia al gran spagueti volador para asistir a una ceremonia religiosa. Me gusta ver cómo se desarrollan las diversas ceremonias y buscar raíces con otras religiones mal llamadas paganas.

Parte de la ceremonia se celebra de espaldas a los feligreses. En un momento se corre un tupido velo y el sacerdote se queda a solas con dios sin que sea visto por los feligreses. Imagino que será para convencerlo de que traslade su cuerpo a las hostias, porque después se produce la comunión.

Durante la ceremonia religiosa un coro de novicios canta con más o menos fortuna. En algunos lugares merece la pena escucharlos.

Dos “monaguillos” tienen a los lados del altar dos soles con cascabeles que hacen mover continuamente.

La primera comunión se produce pocos días después del bautismo, de forma que los niños con un mes ya han comulgado. Así vi a un niño de unos cuatro años pasar a comulgar. Los que comulgan no tienen por qué haber estado en el rito de la misa. A la misa pueden asistir unas 30 personas, las iglesias generalmente son pequeñas, y a recibir la comunión pueden pasar 300 o 400 que estaban fuera de la iglesia.

Entre las muchas curiosidades del comportamiento de los cristianos armenios está que para salir de la iglesia se hace caminando hacia atrás para no dar en ningún momento las espaldas al altar. No lo hace todo el mundo, pero es muy frecuente verlo.

viernes, 17 de junio de 2022

Armenia. La comida. (Junio 2022)

 Armenia. La comida. (Junio 2022)

Comer en Armenia es muy cómodo porque por donde vayas hay un puesto que ofrece comida barata y de calidad aceptable. Para saciar el hambre sólo tienes que señalar lo que deseas. Te puedes llevar una sorpresa del contenido, pero casi siempre agradable.


Entrar en un restaurante donde no hablen inglés y donde la carta está en armenio, ya tiene su dificultad añadida. En una ocasión vi lo que comían una pareja y como tenía buen aspecto les pregunté el nombre para pedirlo. Me lo repitieron tres veces, yo lo repetí otras tantas hasta que me dieron el visto bueno de que lo estaba diciendo correctamente. Cuando llegué a pedirlo, alguna vocal o consonante se quedó por el camino o montó encima de la siguiente sílaba y ya no me entendió la camarera. Los que me habían dicho el nombre vieron que no me entendían y comenzaron a gritarle el nombre de lo que quería a la camarera, la camarera les respondió a voces y yo allí como un espectador de tenis mirando a un lado y al otro para ver en qué acababa mi menú. Resultó que se les había acabado. Así que a levantarme y vuelta a ver lo que degustaban los otros comensales.  


El menú, como se puede ver en la carta, era muy variado, por lo que tuve serias dudas para elegir.

Armenia. Alcañizano en un póster. (Junio 2022)

 

Armenia. Alcañizano en un póster. (Junio 2022)

Paseando cerca del edificio de la ópera de Ereván veo un póster enorme con luna fotografía de la orquesta sinfónica de Armenia. Entre los instrumentistas estaba un alcañizano, Juan Pardo, un gran músico que se disputan diversas orquestas del mundo. Ahora ya no está en Armenia, lo han fichado en un país árabe, y es que el mundo de los fichajes en música, cultura y deporte funcionan de forma semejante.

En el póster Juan Pardo está en la fila de arriba el tercero desde la derecha.

Armenia. Sin parachoques. (junio 2022)

 


Armenia. Sin parachoques. (junio 2022)

Una de las cosas que más me han llamado la atención ha sido ver cientos de coches que circulan sin parachoques delantero, trasero o sin ambos. Podía haber preguntado a qué se debía esa moda, pero he preferido dejarlo para que mi imaginación busque respuestas varias.

Puede ser para que se ventile mejor el motor y el culo, puede que sea un concepto estético que no alcanzo a comprender, puede que tengan el dinero justo para pagar los plazos del coche y como les ha faltado algo de dinero han prescindido del parachoques temporalmente. Puede que no puedan pagar la reparación después de un golpe o vaya usted a saber.

Armenia. Un país de narices (junio 2022)

 

Armenia. Un país de narices. (junio 2022)

Ëste es un armenio de narices y bigotes
Hay armenios de todo tipo y pelaje, pero una característica que no te hace dudar de que es armenio de pura cepa es la generosa napia de la que andan provistos. Yo me sentía muy familiarizado con ellos. Algunos la lucen como un ariete dispuesto a derribar cualquier barrera que se le ponga por delante. En cambio otros, mejor otras, no andan muy contentas con su apéndice nasal y se operan. Bueno, nada extraño. Lo curioso es que los operados lucen su condición de nuevo perfil en ciernes paseando por la calle todos orgullosos con un esparadrapo que avisa a los demás viandantes de que pronto van a pertenecer al mundo de los chatos.

Armenia. Las marshrutkas. Junio 2022

 

Las marshrutkas son pequeños autobuses o grandes furgonetas donde suele haber asiento para unas quince personas, pero que pueden tener una capacidad para treinta y cinco, un poco preticos. Realizan trayectos definidos y suelen tener un horario de salida aproximado y otras veces salen cuando se llenan.


Cuando fui a Garni debía hacerlo en una marshrutka que no salía hasta que no se llenara. Pasaba el tiempo y allí estábamos pocos. El conductor ni aparecía. Unas mujeres se alteraron y comenzaron a organizar una protesta. No entendía nada, pero entre sus palabras escuché la palabra taxi. Les pregunté, como buenamente pude, ¿vais a coger un taxi?, me contestaron que sí, les dije que si podía unirme a su grupo y me aceptaron. El trayecto, frente a los ochenta céntimos de euro que nos iba a costar la marshrutka, nos costaría la friolera de un euro y veinte céntimos a cada uno.

Cuando llegó el taxi, los hombres que estaban esperando protestaron porque si nos íbamos aún tardaría más tiempo en salir la marshrutka. Yo permanecí en el mundo de los gais mientras hombres y mujeres discutían.

Las mujeres me trataron como un rey.

Armenia. Sordo, ciego y mudo.

 

Sentirme sordo, ciego y mudo

Es fácil coger un taxi, y además barato que te lleve a los sitios. A mí me gusta ir en transporte público, entre otras cosas porque en muchas ocasiones el medio (el transporte) se convierte en un fin.

Me iba a visitar Garni y Geghard, dos lugares que están a unos treinta kilómetros de Ereván. He tenido que pedir un taxi para que me llevara a la estación de autobuses. En la estación de autobuses nadie parecía conocer Garni. Yo lo único que podía decir er ¿Garni?, ¿Garni? Para que alguien me indicara de donde salía el autobús o la “marshrutka”. Todos me negaban con la cabeza. Por fin un hombre me ha señalado el cinco abriendo su mano y me ha hecho un gesto indicándome que debía ir bajo tierra en un dirección. He seguido la dirección y he encontrado un paso subterráneo y al otro lado había un autobús con el número cinco. He suspirado pensando que allí estaba mi medio de transporte. ¿ Garni? Le digo al conductor y me niega y los pasajeros confirman la negación girando reiteradamente la cabeza. Voy preguntando nadie sabe nada. Una mujer me señala un cartel donde figuraban los nombres de los pueblos donde paraba. El alfabeto armenio parece una sucesión interminable de u, n, m y m patas arriba. Ha llegado a tal punto mi desesperación que he gritado “¿nadie habla español?, ¿alguien habla inglés? (en inglés)”. Nadie me ha contestado, todos miraban a un viejo chiflado que gritaba en un lenguaje más extraño que el suyo. 

Esto es todo lo que hay que ver en Garni

Encuentro a unos policías y me insisten en que debo subirme al autobús número cinco y que debo hacer algunas cosas más, que no entiendo. El autobús número cinco anterior ya se había ido pero había otro número cinco. ¿Garni? Vuelven a negar con la cabeza. Voy en busca de los policías pero ya habían desaparecido. Vuelvo a mi mantra ¿Garni, garni?, todos me miran y me ignoran. Después de un buen rato de intentos infructuosos, admito que mi proyecto ha fracasado, que debo volver a casa con el rabo entre las piernas. He sido incapaz de coger el autobús desde una estación de autobuses. Posiblemente estuviera hablando solo y entonces resplandeció la luz, un hombre me dice ¿español?, le contesto lleno de ilusión que sí y me señala a un hombre que pasa, que casualmente era el conductor que me había dicho que su autobús no iba a Garni, y me dice “este General Franco”. Yo le digo que quiero ir a Garni. Me dice que el General Franco es mi conductor. Le digo que me dice que no y entonces lo coge por banda y se pone a discutir con él para decirle que me debía llevar. El General Franco sin ceder. No entendía por qué la discusión. Mi intérprete me dice “tú Don Quijote, Garni, Garni”, yo le digo Garni, Garni al conductor y finalmente intuyo que cede bajando la cabeza unos cuatro milímetros. Me voy al autobús y mientras mi intérprete me dice “Tú Don Quijote, este Sancho Panza”, señalando al conductor. Como no me echa del autobús pienso que he ganado la partida. Al fin descubro el entuerto. El autobús no iba a Garni, me dejaba en una parada donde debía coger la “marshrutka” que me llevaría a Garni. Allí comenzó otra aventura que merece capítulo a parte.

Armenia. Desconocimiento de España.

 

Desconocimiento de España

La mayoría de los españoles desconocemos Armenia, ni siquiera sabemos que existe un país con ese nombre y saber el nombre de la capital ya es para obtener una beca a perpetuidad. Yo desconocía su existencia hasta hace tres años.

En cambio pensamos que todos conocen la existencia de España. Y si puede considerarse que el nombre les suena, la mayoría de armenios tienen el mismo conocimiento de España, que nosotros de Armenia. Sólo nos salva la existencia del Real Madrid, del Barcelona y de Rafa Nadal.

Casa de Aznavour en Ereván
Estaba hablando (es un decir porque no teníamos ni una sola palabra en común) con unos armenios que me preguntaron de dónde era. Yo les hacía decir nombres de naciones para ver si acertaban. No se les ocurrió decir España. Al final les dije mi procedencia y tres de ellos, a la vez, hicieron un gesto con las manos simulando tiros y el manejo de armas. Pensaban que  estábamos en guerra.

Otros me han preguntado si éramos un país democrático. Posiblemente ninguno supiera situarlo en el mapa.

En el aeropuerto estuve con un grupo de armenios que trabajaban en España. Me dijeron que había muchos armenios en España.

Como muchos, al menos los de mi generación, conoceremos a Charles Aznavour, que lo consideramos como un cantante francés, decir que era armenio. Aquí se le tiene endiosado porque destinó mucho dinero a construir hospitales y otros servicios sociales. La ignorancia mutua es muy grande.

También es de origen armenio, aunque nacido en Líbano,
el violinista Ara Malikian.

Armenia. La familia iraní.

 

La familia iraní (junio 2022)

Estos días he conocido a una familia iraní, los padres de unos cincuenta años y su hija de veintitantos. Con ellos he estado hablando en varias ocasiones. Les preguntaba dónde habían ido, qué habían visitado y si iban a ver otras ciudades distintas a Ereván y todo, o casi todo lo que hacían era pasear por los mismos sitios. Pensaba que lo que hacían era disfrutar de unas vacaciones en el sentido de no hacer nada, ni preocuparse por nada.

Hoy se vuelven a Teherán y anoche en una conversación que tuve con ellos supe qué es lo que les hacía disfrutar de unas vacaciones. Sus placenteras vacaciones consistían en pasear como seres libres. Puede parecer una exageración para quienes no vivimos en sus condiciones, pero conociéndolos lo he comprendido.

Visten de una forma modesta, con faldas que les llegan justo por encima de las rodillas, con medias oscuras la madre y sin cubrirse la cabeza. Eso, que puede parecer algo normal, de aspecto modoso, en Irán está prohibido.

Mañana volverán a cubrir sus cabezas, sus piernas, a disimular su identidad por órdenes del gran líder religioso iraní. Añorarán ser simplemente personas paseando como quieren. Modosamente.

¿En España hay libertad? Yo les contaba que sí, les decía qué podíamos hacer y qué era normal y a algunas cosas me respondían que un comportamiento así en Irán podía suponer una dura condena. ¿Cómo decirles que en España se iban a prohibir los piropos?

Armenia. Ararat y el cementerio.

 



El cementerio

Con atención se puede ver el monte Ararat.
Ya es un clásico en mí que visite algún cementerio de los lugares donde voy. Como estaba cerca del lugar donde vivo, me he acercado caminando. En el recorrido me he encontrado un pequeño lago artificial al que he dado la vuelta completa, pero mi sorpresa, una sorpresa deslumbrante ha sido ver que al fondo estaba el monte Ararat. El monte Ararat es una mole impresionante que mide más de cinco mil metros de altura. Aunque en su día fue armenio, en la actualidad pertenece a Turquía. No forma parte de una cordillera, sino que se levanta él solo, con otro pico a cierta distancia. Ereván está a mil metros de altura y los más de cuatro mil de diferencia resultan majestuosos con sus cumbres nevadas. Una imagen de postal. La fotografía es la que ha querido hacer la cámara. Yo solo apunto y disparo.

Lápida del cementerio de Ereván
En el cementerio, lo he escrito en otras ocasiones se ve cómo los vivos tratan a los muertos. Es curioso. Hay mucha apariencia inmediata y una dejadez posterior. En las tumbas los familiares supervivientes se dejan una auténtica fortuna, pero eso es todo, porque está lleno de hierbas, las flores deben ser las del primer día y el descuido es grande. Muchísimas lápidas tienen un bajorrelieve con la imagen del fallecido. He imaginado que las harían con ordenador, que era una moda reciente, pero luego he ido observando que las había de los años cincuenta. Parecen fotografías, algunas de tamaño natural y otras, de bustos, mayores que el natural.

A pesar de ser domingo y de haber decenas de miles de muertos, yo era de los pocos visitantes que tenían. Los muertos de Ereván descansan demasiado.

Armenia. Carmen.

 

Carmen 4 junio 2022

Ereván me recibió con un enorme cartel con un toro. Iban a representar la ópera Carmen. No podían hacerlo sin mí. Los primeros compases con la habanera que sirve de introducción antes de que se levantara el telón me pusieron el vello de punta. Luego me defraudó un poco. La puesta en escena era minimalista, que es una forma intelectual de llamar a quienes no se han querido gastar un duro en decorados. Eso desdecía mucho de una obra clásica. Luego los soldados que aparecían daba la impresión de que los hubiera mandado el mismo Putin. Los toreros parecían cosacos y la Carmen de Merimée llevaba un moño a cada lado de la cabeza que parecía que le hubieran metido una montera. Los músicos muy bien, pero como no sabían tocar las castañuelas, el sonido lo malimitaban con unos golpes de percusión que dejaban mucho que desear.

Armenia. Manifestación.

 

Manifestación armenia. 3 junio 2022.

En la tarde de mi primer día de estancia en Ereván me vi en una concentración de protesta contra el primer ministro que se llama Nikol Pashinián. No conozco casi nada de su política, pero dijo una frase, que de no ser un país tan insignificante debería pasar a la historia de la gente que lucha por territorios e independentismos; “lo importante no son los territorios, sino las personas”. Dijo esas palabras con la intención de acercar posturas con Azerbayán, con quien está en guerra y con Turquía, con la que no se “habla”. La oposición no aceptaba esas palabras, no quería que se hablara con el enemigo y por ese motivo llamó a una concentración que rodeaba el palacio presidencial. La concentración puede tener muchas lecturas, pero una sola salida; los concentrados querían que siguiera la guerra con Azerbayán hasta conquistar totalmente Nagorno Karabaj.

Con Nikol Pashinián, el primer ministro
Explicar la situación de Nagorno Karabaj es muy complejo, pero en pocas palabras es una de esas repúblicas creadas por Rusia para que en su momento pueda invadir un país con la excusa de que no se está tratando bien a esa gente.

Casualmente me entero de que
los armenios están muy descontentos con el gobierno de España, me dejaron muy claro que era con el gobierno, no con los españoles, porque había estado vendiendo armas a Azerbayán, con las cuales luchaba contra los armenios. Ocurrió en 2019, con el actual presidente español. Muy pacifista. Nos salva la actitud de Rusia que vende armas a dos manos, les vende a Armenia y a Azerbayán.

Por la noche escuché disparos desde la habitación. La concentración acabó siendo violenta y hubo decenas de heridos.

Armenia. Una larga espera.

Armenia     2-3 junio 2022 

Después de la larga espera debido a los problemas derivados del COVID, sabedor de que a mi mochila le quedan muy pocos apuros más para contener todo lo que le meto, he iniciado un viaje a Armenia. La pregunta surge siempre ¿por qué Armenia? Y la respuesta, sea el lugar que sea, siempre puede ser la misma ¿y por qué no? A lo largo de los muchos meses de permanecer en casa fueron muchas las opciones que fui barajando. La primera fue Armenia, Georgia y Azerbayán. Luego, debido a la influencia de Pedro e Irene, unos viajeros alcañizanos, cambié el destino por Persia. Las condiciones de entrada debido al COVID me hicieron volver a retomar Armenia, no podía entrar en Georgia y la situación de guerra entre Armenia y Azerbayán tampoco me permitían pasar a éste último país. Así que me he quedado en Armenia.
La impresión es que Armenia es un país pacífico que siempre está en guerra. El vuelo entre Estambul y Ereván, la capital de Armenia, es la única vía de entrada, porque sus fronteras están cerradas por tierra. Un conflicto de más de cien años mantiene enfrentados a estos dos pueblos vecinos. Armenia sólo tiene salida hacia Georgia por el norte y hacia Persia por el sur. El viaje fue toda una aventura. Hasta llegar a Estambul todo fue bien, pero allí el vuelo comenzó a retrasarse; primero una hora, luego dos, luego dos horas y media y por fin embarcamos, las azafatas comienzan a hacer esos extraños signos de la cruz con un inflador amarillo en el pecho en el que siempre espero que los que están sentados a mi lado se hayan enterado y me ayuden en caso de necesidad, y entonces el capitán dice que todos a la calle, que se vuelve a retrasar el vuelo. Alegan problemas meteorológicos, pero algunos armenios dicen que llaman a la familia y les dicen que no hay ningún problema y que otros vuelos están aterrizando. Por fin la salida es a las cinco de la mañana. Antes, a las cuatro, la compañía tiene a bien invitarnos a una hamburguesa y unas patatas fritas. El descontrol es de libro de Murfi. Después de muchos años, allí estoy, en Estambul de recena. Mientras en el aeropuerto de Ereván un pobre taxista lleva esperándome toda la noche. No tenía un papel para escribir mi nombre y así reconocerlo y me pide que le envíe una foto por el móvil para identificarme. Cuando llego al aeropuerto, muchos carteles con los nombres de gente que esperan y un tipo flacucho con un móvil con mi cara para que me reconociera. Me recibe el taxista en su coche con una canción que me dice que es de Natalia Herrero, parece que una conocida cantante española en estos lares. No habla ni una palabra ni de inglés ni de español, mientras conduce y se cruza de carril me escribe en el traductor del móvil en inglés que me puedo quitar la mascarilla. Entonces no lo sabía pero era la única persona en toda Armenia que llevaba una mascarilla puesta. Después de toda una noche sin dormir comencé mi estancia en Ereván durmiendo.