viernes, 23 de noviembre de 2012

Centro español de Buenos Aires


Por casualidad me topé con el centro español de Buenos Aires. Un edificio imponente, con todo tipo de detalles y gestionado por españoles que hace muchos años que han perdido cualquier atisbo de acento castellano.
Poco antes de entrar en el teatro del centro español en Buenos Aires
Había una actuación operística anunciada, así que con el deseo de relacionarme con compatriotas, y de escuchar música, me acerqué. La mala suerte quiso que hubiera un apagón en la capital y aunque la volvió a iluminar, los gestores del centro decidieron suspender el acto. Insistí que no tenía sentido la suspensión, pero dijeron que se había tomado la decisión. Al poco vino la muchacha que debía interpretar los arias y le comunican que se ha suspendido. La chica estuvo a punto de llorar. Así que volví a intermediar. Busqué soluciones, me brindé a encontrarlas, persuadí a la encargada de cultura con palabras razonadas y poco a poco se fue haciendo la luz, no sólo de la ciudad sino también de la actuación. Con un poco de retraso comenzó, la chica fue feliz y todos pudimos asistir a una magnífica velada.
Cuando pasaba al interior del teatro del centro español, la encargada cultural me dijo, “al fin lo hemos conseguido”. Sólo había que proponérselo, le contesté.
Previamente nos sirvieron una copa de cava catalán, que a todos nos presentaron como cava recién traído de España. No sé si fue un pecado, pero no lo oculto a pesar de que no hubo más testigos que ancianos españoles que no me cabe la menor duda que no me iban a delatar.

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