domingo, 29 de junio de 2014

La Vía de la Plata.


Es conveniente decir qué es la Vía de la Plata. Son una serie de caminos que unen Sevilla con Santiago de Compostela. Es una forma de simplificarlo, pues no es cierto, puesto que la Vía de la Plata son caminos que enlazados unos con otros pueden trasladarte desde el sur hasta el norte (o viceversa) y tanto el sur como el norte son puntos indefinidos. Puedes encontrarte con quien diga que va hasta Santiago, otros que acaba en Gijón, otro que enlaza en Astorga con el camino que viene de Roncesvalles.

Tendré que ir pensando en poner un nombre
a mi montura. Ligero de equipaje y con la misma
ropa que iba lavando cada noche.
Como todos tienen razón, se la voy a dar. Yo fui desde Sevilla hasta Santiago de Compostela. En la mayoría del trazado coincide con el camino, en otras ocasiones coincide con otros caminos, en otras con zonas de trashumancia,… Todo esto he ido pisando.
El recorrido lo he hecho con mi vieja bicicleta, que la sigo conservando porque dentro de un par de años la van a considerar histórica e igual me ofrecen por ella un pastón. Hasta que ese día llegue nadie la quiere ni para aprovechar las zapatas como repuesto. Como de lo que se trata es de dar pedales, le hecogido cierto cariño encontrando la parte animista que debe contener. A veces la veía vieja, renqueante, suspirando con extraños ruidos de hierros y sirgas en las cuestas, llevándome las alforjas, sucia, polvorienta, sumisa, dispuesta en todo momento a reanudar la marcha o pararse según mis deseos y también le veía una humanidad cómplice que me unía a ella. La relación no llegó a mucho más, pero fue suficiente.

La envíe delante de mí a casa de unos buenos amigos sevillanos, de forma que cuando llegué, allí estaba, medio desmontada, pero dispuesta. En todo el recorrido no nos hablamos. Cada uno íbamos a lo nuestro. Se ha comportado, muchas quejas pero ni un solo pinchazo.

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