domingo, 18 de noviembre de 2012

Los lobos y el Pacífico


A primera hora de la mañana me he ido a bañar en las playas de Valparaíso. En el Pacífico. Todos me habían advertido que no lo intentara porque el agua estaba helada. Pero el reto era bañarme en noviembre y hacerlo en el Pacífico.
He llegado a la playa, me he quitado la ropa y la he dejado con la cámara de fotos sobre la arena mientras me iba a meter al agua. Enseguida un grupo de jóvenes, uno de los que me ha hecho la foto, me ha advertido de que no podía dejar la ropa y la cámara sin vigilancia porque había muchos lobos (ladrones) ¿vosotros sois lobos? Por supuesto que no, me han contestado. Entonces ¿cuál es el problema? Me han insistido en que había muchos lobos.
Cuando ya me iba, ha venido a mi encuentro un hombre que estaba en la playa con seis de sus ocho hijos (todos varones) y me ha dicho que cómo se me había ocurrido dejar la cámara y la ropa sin vigilancia. Que había muchos lobos. Pero como él tampoco era lobo, no ha habido ningún problema, pero eso sí me ha contado sus andanzas como soldado de Pinochet y luego como soldado en Irak donde vio atrocidades “que nunca he contado a nadie, ni contaré a mis hijos”, pero que a mí, como me lo llevaré para España y nunca nos volveremos a ver, me ha contado.
Por la tarde, dos amigos más que he hecho y que me querían bien, han vuelto a prevenirme sobre la presencia de lobos.
Imaginad qué ha pasado. Que todo eran corderos. 

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