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No era la autocaravana que tenía reservada, pero no deja de ser curiosa. Todo el añadido que no es blanco o verde de madera fina contrachapada, incluidas las ventanas y sus marcos pintados simulando aluminio. |
Había
alquilado una autocaravana en Christchurch con la intención de seguir hacia el
norte hasta devolverla en Auckland. Ya tenía todo preparado, ya me habían dado
las instrucciones para manejarla y sólo faltaba anotar los datos de mi carné de
conducir en una ficha. Le entrego el carné de conducir mío y el internacional,
que es necesario. El carné internacional se saca en cualquier capital de
provincia española y lo puede sacar otra persona en tu nombre. Como un amigo
mío iba a Madrid, él me lo sacó. ¿Pero qué hizo? dio sus datos. Resulta que en
el carné figura mi fotografía pero los datos del amigo que me lo sacó. La única
solución era ir a unos traductores reconocidos, pagarles alrededor de 100 euros
y que ellos garantizasen que mi carné de conducir era auténtico. Lo que no me
garantizaba que la policía lo aceptara, en el caso de que me parara. Además
debía esperar toda la mañana hasta que llegara la traducción, con lo que me
resultaba casi imposible llegar al destino que me había propuesto. Vamos, que
he tenido que renunciar a la conducción de la auto caravana. Que sirva de aviso
para navegantes.
Me he
quedado colgado nuevamente en Christchurch y sin tener ningún plan, así que me
he ido al aeropuerto y he cogido el primer vuelo que saliera hacia el norte. Me
encuentro en Rotorura, la ciudad maorí por excelencia y aquí tengo intención de
estar al menos tres días. Mientras decidiré mi futuro, que igual es quedarme
hasta que me vaya a Auckland el día 28 donde tengo cobijo de un amigo que está
por conocer.
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