La
dinastía de Josean es recordada en muchos rincones de Seúl. Monumentos,
esculturas, museos, palacios,…
Después
de mi integración que ya casi ha supuesto que mis ojos se van rasgando y
después de acreditar que mi nombre, José, procede de los descendientes de
Joseón por lo que me han aceptado como digno sucesor y de esta guisa pude
pasearme por las calles de Seúl.
Los
palacios, abundantes, son magníficos, pero creo que a los occidentales, que
desconocemos totalmente la cultura coreana, nos pasa como con los coreanos,
aunque el común de la gente diría con los chinos, que para nosotros todos son
iguales. Visto uno, la estructura se repite y para un no entendido resulta
imposible ver las diferencias estilísticas, que debe haberlas. Así que una
recomendación, no hace falta entrar en varios palacios, con uno suele ser
suficiente.
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