viernes, 12 de octubre de 2012

Cementerio coreano



Ya lo he escrito en muchas ocasiones que suelo visitar los cementerios, ninguna enfermedad ni fetichismo. En los cementerios se aprende mucho de la cultura de un país. He estado en el cementerio nacional. Es impresionante por varios motivos. Por la cantidad de tumbas todas iguales, perfectamente alineadas y otro por la limpieza, cuidado y pulcritud de las mismas. Todas sin excepción tienen un ramo de flores. Unas blancos y otras rojos. El otro motivo que me dejó impresionado fue que los escolares acuden a limpiar las tumbas de los muertos. Supone un respeto por los muertos y además se aseguran de que ninguna tumba quede abandonada porque no tenga descendientes el fallecido. Después de limpiar la tumba rezan un responso y van a otra tumba.
Estudiante sacando lustre a la lápida
Las tumbas pertenecen a los soldados muertos en diversos enfrentamientos bélicos (todavía están en guerra contra Corea del Norte).
Sorprende tanta vida inútilmente dada por una patria. Cuando oigo o leo que alguien está dispuesto a dar su vida por la patria me revuelve las tripas. Estoy dispuesto a defender a mis conciudadanos de la tiranía, pero nunca a defender una patria, que no tiene nada que ver.
Los catalanes que están dispuestos a morir por Cataluña podían organizar un suicido colectivo por su patria en las Ramblas y los españoles que están dispuestos a dar la suya por España, que hagan lo mismo en La Cibeles. Todos se lo agradeceremos, serán pocos y yo me comprometo a ir a limpiar sus tumbas. Eso sí que será un servicio al conjunto de la ciudadanía, pues sin los que quieren morir, ya no hay a quien matar.

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