sábado, 22 de noviembre de 2014

Cuba. Vagando por La Habana (20 octubre 14)


Otra forma de conocer parte de una sociedad es ir vagando, dejándote llevar, que casi siempre surge algo que te sorprende. He encontrado a un grupo de hechiceros que estaban haciendo una serie de ritos junto al mar cantando en una lengua incomprensible (africano me han dicho) y realizando ofrendas al mar. Era algo familiar.

Rito santero que estaban realizando cerca del malecón de La 
Habana. Era un rito familiar.
También me he encontrado al loco que enviaba mensajes para la CIA, que le había torturado la policía española, que estuvo pasando por el detector de mentiras en la embajada estadounidense en Madrid, que nunca había trabajado ni trabajaría para los Castro, que había hecho negocios clandestinos de cantidades impresionantes de dinero. Pero tuvo un error, el dinero ganado, en vez de guardarlo en el banco, lo invertía en obras de arte y antigüedades, hasta que los Castro se dieron cuenta de que lo que él poseía tenía más valor que el Museo Nacional, así que se lo confiscó todo dejándole en la más absoluta miseria. Ahora se ganaba la vida trapicheando y hablando con los turistas de habla inglesa (cada dos frases introducía una en inglés). Aparte de todas sus locuras, que por la forma de expresarse y los datos muchas debían ser verdad, es una persona cultísima e informada (su trabajo de espía se lo exige) y me informó de la situación en España (hace casi una semana que no sé nada de nada de lo que pasa en España).

La cartelería en Cuba merece un viaje. Son muy curiosos y con 
todo tipo de contenidos los carteles que uno se puede encontrar
en cualquier rincón.
En un puesto callejero de venta de recuerdos para los turistas, el cubanito que lo tenía me dice, entre y pregunte (se refería a sus productos). Así que le pregunté ¿cuál es la capital de Malta? ¿La Capital de Malta, de Malta? Esa no la sé ¿cuál es? Y luego me preguntó y la capital de Polonia y así estuvimos durante un cuarto de hora, con público y todo haciéndonos preguntas sobre países y capitales con marcador incluido hasta que acabamos con apretones de manos y risas entre todos los que estábamos. Son formas de entender entre y pregunte.


La última curiosidad del día me la reservaba la televisión cubana cuando ya estaba en casa y la encendí para ver qué se cocía. Estaban emitiendo una película norteamericana basada en un aficionado al béisbol. En una escena de la película me sorprende que cambia el fondo de sonido ambiente que se notaba en un estadio y paso a escuchar una música nítida que estaba fuera de contexto mientras las imágenes se correspondían con los prolegómenos del partido. Enseguida entendí lo que pasaba. Estaba sonando el himno norteamericano y lo censuraron. Cuando supuestamente acabó volvió otra vez a escucharse el sonido ambiente y desapareció la música censora, que curiosamente era de los Creedence. Las películas se emiten en versión original subtitulada. Al día siguiente algunos cubanos me confirmaron la existencia de este tipo de censuras.

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