Cuando he dicho a mi
casero que me iba a Regla y Guanabacoa, me ha dicho que no sabía de
nadie que hubiera querido ir allí. Pero allá yo.
A Regla se llega por medio de un barco que cobra unos 30 céntimos
de euro. Lo mejor es la vista que ofrece La Habana.
|
La visita a estos
dos municipios de La Habana no merece la atención ni de cinco
minutos de un turista. No hay casi nada que ver. Pero yo quería ir
por otros motivos.
Son poblaciones
industriales que viven totalmente al margen del turismo, por lo que
es muy difícil para ellos obtener unos ingresos extraordinarios. Es
decir que viven con sus 15 o 20 euros mensuales más lo que logran
robar de la empresa en la que trabajan.
En Regla se pueden ver abundantes santeros, puestos donde
vender productos para la santería y abundante pobreza.
|
Enseguida comprendes
la diferencia. Si la miseria en la que viven los trabajadores en La
Habana es vergonzante, todavía hay un grado más bajo, la de la
gente trabajadora que vive en Regla. Casas de pocos metros cuadrados
donde vive una familia, lo más parecido a una chabola y a decenas
por todas partes. Poco más que un paseo para ver miseria, borrachos
y pobres de solemnidad es lo que he podido ver.
Para trasladarme
hasta Guanabacoa he empleado otro de los incontables sistemas de
transporte que tienen aquí. Se trata de un camión en el que subes
en la caja con otros pasajeros. Guanabacoa tenía un aspecto algo más
digno. Había un gran mercado con numerosos puestos en los que todos
vendían lo mismo, que es lo mismo que se vende en todos los mercados
de los cubanos (los extranjeros tienen acceso a todo tipo de
productos).
Casas de extrema pobreza |
El aguacate, la
frutabomba (papaya), los plátanos, un par de tubérculos, pepinos y
naranjas es prácticamente todo lo que ofrecen todos los puestos.
Alguno tiene carne en la que se apoyan los fumadores, sin
absolutamente ninguna higiene y otros tienen además legumbres a un
precio superior al que se compra en España. Y salvo un par de
productos que pueda olvidarme, eso es todo lo que hay en todos los
mercados cubiertos, descubiertos y a mediocubrir de La Habana. La
escasez de productos es la norma.
Viajando en la caja de un camión de Regla a Guanabacoa. |
Otro motivo de la
visita es para rendir tributo a los sefarditas, los judíos españoles
que fueron expulsados por los Reyes Católicos y que a pesar del
tiempo transcurrido todavía siguen conservando su identidad
española, manteniendo el español de la Edad Media y en algunos
casos la llave de la casa de su propiedad en España.
Sólo he podido
visitar el cementerio judío sefardita, que estaba cerrado. He
rendido ese tributo y he vuelto para La Habana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario