viernes, 28 de noviembre de 2014

Cuba. La fotografía que define.


Hablando con unos cubanos, compartiendo ron y cerveza, es difícil salir del tema de su situación, sus trampas para sobrevivir. Es una conversación que repiten una y otra vez, que escuchas entre ellos porque saben que en un lugar los huevos están un poco más baratos y cosas así. Es la conversación de la supervivencia.

Las fotografías siempre suelen ser más limpias que la realidad
el edificio de la derecha es la escuela, de puertas y ventanas rotas
de aspecto de abandono y dejadez.
Entre trago y trago me han señalado dos edificios contiguos, uno elegante, bien cuidado y el de al lado sucio, abandonado, con las puertas rotas y me han dicho, el de la izquierda es de un propietario particular, el de la derecha un colegio estatal. Patético.


Cuando autorizaron a las empresas extranjeras construir hoteles, edificaciones complejas las construían en buenas condiciones en 18 meses. Algunos hospitales públicos llevan treinta años construyéndose y no están ni a la mitad y parte de los materiales se los han ido llevando los cubanos para arreglar o mantener sus propias viviendas. De cada saco de cemento llega a la obra un cuarto, el resto se va perdiendo entre los bolsillos de los trabajadores que lo necesitan para sus arreglos.

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