miércoles, 16 de mayo de 2012

Más de bares malteses


La fauna que habita estos bares es peculiar. Casi todos son hombres que pasan de los cincuenta. Los que no lo son, aunque tengan 30 tienen las formas de los mayores. Son como los juveniles del equipo. Cuadrados, con ademanes dejados, con una buena barrera de cervezas consumidas por si hiciera falta hacer frente al enemigo y un continuo danzar de un sitio a otro como si el bar fuera su cuarto de estar.
Hornacina con santo presidiendo la sala de billar de un bar.
Mujeres es difícil encontrar a alguna, si no es detrás de la barra, pero las que están también responden al mismo patrón. Pasan de los 60, tienen el aspecto de decir aquí estoy yo mientras mi marido está fregando y siempre con un cigarro. Por supuesto está prohibido fumar en los bares, pero eso es algo que sólo están obligados a respetar los no fumadores.

Las comidas van rotando a lo largo de todo el día con la bebida. También se consume mucho té.  Generalmente tienen un recipiente con té concentrado. Cuando pides uno, sacan un poco del recipiente, le añaden agua caliente y ya está listo para beber. La infusión llevaba horas hecha.

En los bares también se juega a las cartas. Se juega fuerte, económicamente, porque las voces son un continuo susurro.Siempre están de fondo.

El juego de cartas que parece ser el más popular, es una especie de "subastao" que en moltís denominan algo así como el millar, pues se trata de hacer mil puntos. Todavía no sé jugar, pero estoy en ello, unos jugadores moltises que acuden al bar donde como ya se han puesto a impartirme las primeras clases.

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