martes, 15 de mayo de 2012

El grave error de Carlos Marx

Carlos Marx se equivocó bastante en sus planteamientos, aunque también muchas de sus teorías han sido buenas y no se entendería la sociedad actual sin su filosofía. Pero tuvo un erro de bulto. No tuvo presente en sus clases sociales la labor interclasista que tiene el fútbol.

Puede haber cinco millones de parados e incluso seis. La cuerda estará tan tensa que cualquiera podrá pronosticar una revolución. Pero no llegará. En cambio, si se suspendiera la liga de fútbol, la revuelta sería inminente. No es ninguna broma por duro que parezca. El fútbol mueve más gente que os indignados y los dignados juntos.

Estaba tomando la fresca en Mosta un día de estos por la noche y comienzo a escuchar bocinas de coches, gritos, comienzo a ver banderas por todas partes, a grupos de jóvenes que se dirigían en grupos cantando himnos portando banderas enormes y camisetas semejantes. De verdad, no entendía qué ocurría. El lector tendrá una predisposición para saber que era fútbol, pero yo en ese momento no lo imaginaba. Así que pregunté a unos malteses que como yo estaban atónitos ante el espectáculo.
Es fútbol me dijeron. Pensé que serían aficionados del Manchester o del Chelsea que había ganado la liga. No, son del equipo de Mosta. ¿Ha ganado la liga? Qué menos para tanta celebración. No, ha subido a primera división.

Recapitulemos nuestros conocimientos históricos. El Mosta, un equipo que ni siquiera tiene capacidad para aportar ningún jugador a aquella selección de Malta del 12 a 1, subía a primera división y se armó la de la Cibeles. No podía salir de mi asombro, pero aún me faltaba ver a un autobús descubierto paseando por la ciudad entre vítores y banderas a los jugadores capaces de haber conseguido tremenda hazaña.
En Mosta, ni Cibeles, ni Neptuno, al bar.

Menos mal que el otro Marx, Groucho dio en el clavo.

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