lunes, 30 de enero de 2012

Mundos comunicados

La llegada a Marrakech fue triunfal. Del tipo de triunfos que a mí me gusta. Un conocido me comentó en una ocasión que los mundos están unidos por cavernas que sólo de vez en cuando se abren, se comunican y se descubren. He tenido varias ocasiones en las que la providencia me ha demostrado que podía ser cierto.
Inmediatamente inmersos en el ambiente callejero y de comidas de la plaza
Djema Fna de Marrakech. Con la recién estrenada amistad de Martina.
Nada más llegar al aeropuerto, coincidiendo en las diversas colas que hay que hacer para rellenar folletos, mostrar pasaportes, cambiar dinero,… he ido coincidiendo con dos andaluces y una alemana. Al final éramos cuatro amigos que hemos comenzado a regatear con los taxistas para que nos llevaran hasta Marrakech. Los cuatro hemos llegado juntos a la plaza de Djma Fna, de pronunciación imposible pero que todo el mundo te indica dónde está y allí hemos comenzado a planear. Los andaluces se han ido porque su hotel estaba más alejado (luego iríamos coincidiendo por la plaza), pero Martina, que es el nombre de la alemana, y yo hemos comenzado a descubrir coincidencias y a cada descubrimiento nos sorprendíamos. Los dos estábamos en Marrakech para correr el maratón, aunque ella va a hacer la mitad, los dos iniciamos la aventura de correr al mismo tiempo, los dos tenemos huertos, los dos participamos de la misma forma de compartir la arquitectura, los dos hemos sido periodistas, los dos hemos trabajado como profesores,… los dos hemos iniciado una amistad y ya tengo su casa en Ibiza a mi disposición y la mía en Alcañiz a la suya.
Sus amigos y su compañero llegarán al día siguiente. También correrán y para el lunes ya tenemos preparada una excursión los cinco al sur de Marrakech.
El mundo es mucho más pequeño de lo que puede parecer. Voy coincidiendo con personas a lo largo del mundo. Con quienes no coincido tengo la seguridad (tenemos la seguridad) de que un día nos volveremos a encontrar en Polonia o en Nueva Zelanda o en cualquier deseo imaginado para encontrarnos, vernos y retomar la conversación que dejamos hace unos meses o unos años.  Y le preguntaré por sus hijas y ella por la mía y así seguiremos hilvanando aventuras, recuerdos y pensamientos.
Una buena forma de entrar en Marrakech.  

3 comentarios:

  1. Qué venenosos son tus comentarios. De nuevo el "travel bug" (así practicas inglés) araña mis entrañas y me hacen mirar nervioso a cada lado buscando la salida...

    ¿Aún sigues siendo tan buen regateador como demostraste en aquel viaje de hace ya... (joder, ya ni me acuerdo de cuándo estuvimos allí con las bicis)? Que sepas que eres mi referente como regateador, y he contado decenas y decenas de veces aquella memorable compra que hiciste. Inolvidable momento.
    Halapues, a disfrutar lo que te queda.
    JL

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  2. Hola, me encanta tu idea, ojalá pueda sentir como se comunican esos mundos :D. Por cierto me encanta la idea de correr un Marathon en Marrakesch... pero una duda... no hacia demasiado calor? En febrero fui con una amiga a Marrakesch, me enamore del lugar, y tengo muchisimas ganas de volver.
    Sigue viajando y disfrutando, quizas nos veamos en Nueva Zelanda ;) jaja

    Un beso desde Mallorca.

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    1. ¿Te conozco? El calor en Marrakech es soportable. Por la mañana hay que acudir con bolsas de basura puestas como chalecos para evitar el frío, porque no tienen dónde guardar la ropa. La salida la dan con unos 19 grados y para la llegada suelen poner el termómetro a 25. Así que al final se suda, pero lo más molesto son los tubos de escape que te lanzan en la cara en plena carrera.

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