domingo, 13 de noviembre de 2011

Si Filípedes falla, los griegos podrán confiar en mí

Entrada en el estadio Panatinaikos que
sólo se abre para las grandes ocasiones.
Para este maratón los griegos han preparado un pack de cuidado: viento con rachas de 40 km/hora, lluvia, frío y numerosas cuestas arriba, algunas interminables. Así que con este lote que no permitía negociaciones, a las cuatro de la mañana españolas, las cinco de aquí, después de una noche semi en vela, con David Yano, un mexicano que me encontré en la calle, nos encaminamos a desafiar el reto. David no paró de elevarme la autoestima, pues no paraba de elogiar mis marcas. Uno de los rituales que es necesario aprender cuando se corre un maratón es que hay que pasar por el retrete antes de la salida. Mear en la carrera no es nada bueno. Meé abundantemente. Diez minutos después oriné con generosidad. Ya estábamos en la línea de salida, sin poder abandonar los blocks designados y me vuelve a apretar la vejiga. ¿Será posible? Hasta la meta, que ya sudaré el exceso. Pero la vejiga venga a recoger el agua de todas las nubes y a presionarme contra mi desespero ¿Qué hago? Veo que a la izquierda otros corredores están en mi mismo aprieto y evacúan en un césped elevado delante de todos. Pues allá que voy mientras anuncian por megafonía que la carrera va a comenzar. ¿Me voy a quedar a medias? No, ya puestos, hasta la última gota, que luego en la carrera no puedo parar. Justo acabo para volver al lugar de salida y salir ligero con la vejiga calmada. Todo va bien hasta que en el kilómetro diez vuelvo a tener necesidad de miccionar (se me acaban los sinónimos). Me dije, jódete, hasta la meta sin evacuar más. La vejiga empujando en cada zancada recordándome que el cuerpo tiene su propio ritmo. En el kilómetro 25 más o menos me salgo de la carrera y mirando el cronómetro para ver cuánto perdía una vez más vacío me vejiga y ya me pregunto ¿será la última en esta carrera? Me incorporo a la carrera. He perdido un minuto y medio pero lo peor es que no vuelvo a coger el ritmo que llevaba. El parón me ha roto. Además fue al inicio de una cuesta (arriba, claro). Me muevo con más trabajo, a duras penas logro remontar alguna posición. Resignación, me digo. Pero aún no había acabado todo. Rondando el kilómetro 35 ¿qué ocurre? Efectivamente. Me digo la única solución es ir más rápido para llegar, no a meta, sino a los wáteres, pero las piernas van justas, no están para muchas alegrías de última hora. Aguanto. Aguanto las ganas de mear y aguanto el ritmo. Tres horas y veintiocho minutos después de salir llego a la meta con una rama de olivo que me había dado una mujer en la tumba de los muertos en la batalla de Maratón, con un tiempo que mejora en más de seis minutos mi marca anterior. Grito Niké y paseo por el estadio Panatinaikós el nombre de mi padre, Esperidión, que llevo en la camiseta. El primer corredor que ganó el maratón se llamaba Espiridión. Hoy ha entrado en el estadio el primer Espiridión español. Lo que no es difícil pues es quizás el único español que tiene ese nombre.
Haciendo un resumen rápido; “estoy reventao” con las fuerzas justas para escribir este texto.

6 comentarios:

  1. Lo que has de hacer es no beber tanto antes de correr !!!

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  2. Después de tanta épica y has bajado de 3:30!!!! Eres mi héroe, sin duda.
    Eso sí, buscándome referentes como tu, sólo hago que complicarme la vida. Va a ser un duro camino el mío si quiero acercarme a tus logros... Bueno, la gloria no está destinada a los cobardes.

    ENHORABUENA!!!

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  3. Enhorabuena!!! Yo mucho más modesta ayer corrí como tú pero... solo 5km en la carrera de la mujer en Zgz. :) Anda que no me queda...!

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  4. Felicidades José Alberto,

    otra muesca a tus 55 tacos y otra medalla mas para colgar en la pared de los recuerdos ilustres. De todos modos, te diré para incentivar tu curiosidad que la verdadera gesta corriendo se hizo entre Atenas y Esparta para solicitar refuerzos a esta polis y mas o menos fue como de 200 y pico km en 1 jornada. Por aquellas fechas cualquier hijo de hilota corria sin despeinarse los 42 de la maratón, jaja. Ahora se celebra el "espartatlon". Así que ya que estás por allí, anímate...

    salud,
    Raul

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  5. Enhorabuena!!!!!!!

    3h 28´ es una gran marca, con ese tiempo, y con parón. No hay nada peor para volver a coger ritmo.
    Y ya no digo nada si me acuerdo de los 55.

    Envidia, mucha…
    Descansa y recupera.

    Un abrazo. José María Maldonado

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  6. Queria contactar contigo para saber como te había ido en la Maraton, tu marca etc. y me encuentro con un Blog muy interesante. Acabo conociendo a un "Aprendiz de viajero" (si se me permite) que da gusto (y envidia) leer. NO PARES DE CORRER. NO PARES DE VIVIR.

    UN SALUDO Miguel Campos

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