viernes, 13 de diciembre de 2019

Chisinau. Moldavia. Septiembre 2019


Chisinau. Moldavia. Septiembre 2019

La primera impresión que tuve de Chisinau fue de caos. En lo urbanístico es una ciudad difícil. Mi hogar estaba a una media hora andando del centro. El ambiente de tiendas, movimiento y bullicio me hicieron pensar que estaba por el centro. Para orientarme y situarme me quise ir a un parque, pero no había forma de llegar. Pedí ayuda. Unos moldavos se ofrecieron a acompañarme y curiosamente para ir a un parque céntrico dentro de una ciudad de más de medio millón de habitantes, de calles amplísimas, fuimos por algo parecido a callejuelas, patios interiores y sendas. No tenía ninguna referencia. Para mí era todo igual de caótico.

La construcción es soviética. Grandes bloques con patios interiores, que ahora están abandonados, sin espacio para aparcar los coches, por lo que aparecen por todas partes en los patios interiores y avenidas muy anchas con árboles a los lados, en los patios, en pequeños parques.

La impresión es que han metido bloques de edificios de hormigón en medio de un bosque. Esa configuración que es muy positiva, se convierte en negativo cuando no existe mantenimiento, cuando las raíces levantan las aceras y así quedan, cuando las hojas otoñales se convierten en miles de millones de manchas podridas o a punto de pudrirse por las calles, produciendo una sensación de suciedad y abandono generalizado.

Es necesario decir que los chisinauenses (es un gentilicio que me acabo de inventar porque creo que no existe en español) son muy limpios. No he visto a uno solo tirar un papel al suelo. Y sí he visto recoger basura a viandantes y llevarla hasta la papelera más próxima. Pese a ello, la sensación de suciedad es grande y es por ese aspecto boscoso sin mantener.

Al día siguiente encontré mi referencia. El centro, que es una avenida, y poco más, donde están todos los edificios oficiales, teatros, parques cuidados, muchísimas tiendas de telefonía móvil y su arco del triunfo con una gran bandera moldava y puestecitos de mujeres que venden nueces, peras, manzanas, uva, al igual que hace cincuenta años en mi pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario