domingo, 1 de febrero de 2015

Cuba. El parque Lenin y el desprecio hacia los cubanos.


Todas las poblaciones suelen tener un gran parque que sea el pulmón de la ciudad y también lugar de desahogo. Como pulmón La Habana necesitaría uno en cada uno de los almendrones, que son esos viejos Chevrolet de los años cincuenta que circulan, no se sabe cómo, llenos de remiendos y capas de pintura por todas partes. Son muy contaminantes, aunque un conductor me dijo que consumían poco. Debe ser así, porque si no es difícil entender que cobren tan poco de una carrera.

Estados Unidos no tiene embajada en Cuba (ahora posiblemente
la abran). Tienen una especie de agregado comercial que funciona
como una seudoembajada. Desde sus ventanas ponían información
y mensajes anticastristas. Para que los cubanos no los vieran, 
construyeron un pequeño monte delante en el pusieron decenas
de mástiles con banderas. Los americanos dejaron de enviar sus
mensajes, pero el monte sigue con sus mástiles en los que izan las
banderas en momentos significativos. Pueden ser de muchos países
o todas cubanas. 
Los parques también son lugares de recreo y esparcimiento. La Habana tiene abundante vegetación por todas calles, en muchas demasiado abundante. Sin embargo carece de una, o mejor de varias zonas, de esparcimiento. El parque Lenin cumple esa función, pero llegar hasta él desde el centro es eterno si se utilizan los autobuses, con al menos un trasbordo y la consiguiente espera, que puede ser fácilmente de una hora. La otra opción es el taxi, que si se comparte no sale excesivamente caro, pero si se va solo es muy cara la visita al parque.

Se puede disfrutar de un día de campo, de comida barata y del espectáculo de las familias cubanas jugando al béisbol, paseando a caballo o haciendo carreras con los caballos y sus hijos montados a la grupa.


Es muy grande, enorme y paseando, mucho, se puede llegar hasta Expo Cuba, que si hay feria puede ser entretenido, para hacerse una idea de con qué comercian y en qué condiciones.  

He paseado, poco, por el parque y he asistido a la feria que se inauguraba hoy. En la entrada había cola de cubanos que querían entrar. No les dejaban. Cuando me han visto a mí los guardias que controlaban el acceso me han preguntado que de dónde era. He dicho que de España y me han franqueado la entrada. A los cubanos no les estaba permitido entrar. Es uno más de los muchos desprecios que sufren los cubanos en su propio país frente al trato de los extranjeros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario