Danillo. Serbia
20/9/2018
Lamento no tener una foto juntos. |
Vivo en casa de
Danillo y su pareja Slavica. Danillo trabaja para una empresa americana que
se relaciona entre sus empleados de todo el mundo por internet. Le
sale más barato pagar a un serbio que a un americano. Tiene unos
horarios de trabajo extraños, porque depende de la hora del país
con el que tenga que comunicarse. Dentro de sus horarios ha
encontrado un hueco para acompañarme a correr.
Hemos acabado los
dos agotados. Ha sido una experiencia fabulosa. El recorrido ha sido
por un trazado junto al Danubio hasta la isla de Ada Ciganlija.
Precioso. Inmejorable la compañía.
Danillo chapurrea el español.
No es suficiente para entenderse, pero sí para reírnos. El español
que sabe lo aprendió con un zaragozano que tenía un bar para el que
trabajaba. Construir frases le cuesta, pero en cambio, de vez en
cuando estamos hablando en una mezcla de hispanoserbioinglés y te
dice: ”Quiero Colgate. Y yo escupite y matate”. Luego te suelta:
“Ande yo caliente y ríase la gente”.
En la conversación,
en un momento se para y se pone a cantar la canción de Paco Ibáñez
“El lobito bueno” de José A. Goytisolo, hasta llegar a la
palabra cordero. Y es que quería hablarme de la gente que va como
corderos, no se acordaba de la palabra en español y cantando la
canción la recordó.
Danillo es sumamente
hospitalario. Se desvive tanto por uno que se pasa con las
explicaciones. Si algo está pasando la calle a la derecha, son
tantas las explicaciones que da, dónde debes mirar, qué edificio te
vas a encontrar a tu derecha, a tu izquierda, qué motos suelen estar
aparcadas en la zona por donde vas, que luego cruzas la calle, das
dos pasos a la derecha y cuando llegas piensas que te has equivocado,
que no puede ser que sea tan sumamente fácil.
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