Lugares que van apareciendo por el camino. Luarca. |
El recorrido es bonito, pero hay que
estar preparado para dar pedales. Mucho sube y baja, prácticamente
ningún llano, así que cuando bajo una cuesta más que disfrutarla
pienso en que luego tendré que sudarla. Eso me pasa en Cudillero,
población que me decepciona. También había estado. Es muy pequeña
y con poco que ver. Estoy un rato callejeando lo que se puede, que
con bicicleta es bien poco y como la cuesta abajo fue de escándalo,
la subida que me esperaba para salir del pozo en el que me había
metido fue dura.
La soledad del peregrino en un albergue totalmente vacío. Ni
hospitalero había.
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La siguiente visita fue a Luarca,
población que me resulta muy agradable. Comida de restaurante de
menú barato pero bueno y camino de Piñera una población que al
estar fuera de las etapas que suelen hacer los peregrinos que hacen
el camino a pie, suele tener pocas visitas. Estoy solo en el
albergue, hasta que sobre las siete y media llega un compañero que
se viene haciendo 50 kilómetros diarios caminando.
Soy de Almadén, me dice, no lo
conocerás. Sí, claro que lo conozco. Bueno es que tu estudiarías
cuando aún se explotaban las minas de mercurio. Y le digo que sí,
que es por eso. Ahora como ya no hay minas no lo conoce nadie.
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