martes, 1 de noviembre de 2011

Un viajero que no viaja

No ha podido ser. No he ido a París. No he ido a Corea. No he ido.
Me he movido como una peonza alrededor de mi eje. El trabajo sin salario, las obligaciones, las dependencias, el sacrificio debido a algún amigo y alguna otra cosa más, me han ido amarrando sin permitir que mis viajes franquearan las fronteras de mis sueños. Pero puedo romper amarras en cualquier momento y el próximo día 10 va a ser uno.

Me voy a Atenas. Voy a correr el maratón de Atenas. Este año no aspiro a ganar. Los griegos son los favoritos. Llevan todo el año comiendo con mesura, corriendo delante de la policía y detrás de los políticos. Pero me he preparado como un griego. El policía que me perseguía no ha logrado alcanzar mi rebeldía. Los políticos a los que persigo no han aguantado mi empuje y se han retirado todos. Son tan cobardes que van a renovarse el próximo 20 de noviembre. Seguiré persiguiéndolos con la saeta de mi palabra y la constancia de mis piernas.

Tengo 55 años, lo que me hace estar entre los primeros de los más ancianos corredores. Además, de los varios medios maratones que he corrido he ido mejorando mi marca personal. Si sigo a este ritmo, y no tengo intención de abandonar, a los 67 años seré olímpico. No doy el testigo a nuevas generaciones, quien lo quiera que venga a por él.

Medio maratón de Andorra, la del Bajo Aragón.
Hace un año estaba en Niuyork. Sigo enamorado de la ciudad. Sigo penando un par de veces por quincena no estar viviendo allí.

Otro año más el 11 del 11, que este será del 2011, estaré fuera de la casa donde habito, que por todas partes tengo casas. Si me acuerdo me pondré una amapola en la solapa y buscaré a la gente que está por conocer en Atenas.

Estoy disfrutando, tengo intención de seguir haciéndolo. Me gustaría que disfrutaras con la lectura. Sin embargo tengo una herida sangrante. Este blog cuenta con un lector menos, Vicente Pueyo que falleció con la última primavera. Podré tener algún lector nuevo, pero no hay sustituto. Esto no es un partido, esto no es el ejército de los 10.000. El que falta es irreemplazable.

1 comentario:

  1. Me hubiera gustado mucho estar allí, siguiendo tu estela durante los primeros metros y luego dejándote marchar para evitar reventarme y no acabar mi primer maratón. Pero no ha podido ser, la salud (la falta de ella) me ha ganado esta mano y no me ha permitido vivir la gloria de acabar un maratón, el primero, cerca de los dioses. Pero no me rindo, y trataré de levantarme de nuevo y buscar el reto de un maratón tan pronto como me sea posible.

    Gracias por tu recuerdo emocionado al que ya no podrá leer más blogs. La herida sangrante que abrió la muerte de mi hermano va a estar sin cicatrizar por mucho tiempo. Pero estoy seguro de que lo que el nos hubiera pedido de haber tenido ocasión para ello, sería que siguiéramos contando al mundo nuestra emoción de ser unos aprendices de viajeros.

    Te voy a seguir desde la tranquilidad de mi silla frente al ordenador, librándome de la angustia para mi orgullo de ver cómo se me aleja alguien 10 años mayor que yo... Y disfrutaré con ello, con la lectura de tus hermosos relatos, igual que hubiera disfrutado (realmente), viéndote alejar de haber podido correr contigo; porque al orgullo hay que atarlo corto, sobre todo cuando el que va delate de ti es un amigo.
    Suerte!!

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