Chisinau. Moldavia.
Septiembre 2019
La primera impresión que
tuve de Chisinau fue de caos. En lo urbanístico es una ciudad difícil. Mi hogar
estaba a una media hora andando del centro. El ambiente de tiendas, movimiento
y bullicio me hicieron pensar que estaba por el centro. Para orientarme y
situarme me quise ir a un parque, pero no había forma de llegar. Pedí ayuda.
Unos moldavos se ofrecieron a acompañarme y curiosamente para ir a un parque
céntrico dentro de una ciudad de más de medio millón de habitantes, de calles
amplísimas, fuimos por algo parecido a callejuelas, patios interiores y sendas.
No tenía ninguna referencia. Para mí era todo igual de caótico.
La construcción es
soviética. Grandes bloques con patios interiores, que ahora están abandonados,
sin espacio para aparcar los coches, por lo que aparecen por todas partes en
los patios interiores y avenidas muy anchas con árboles a los lados, en los
patios, en pequeños parques.
La impresión es que han
metido bloques de edificios de hormigón en medio de un bosque. Esa
configuración que es muy positiva, se convierte en negativo cuando no existe
mantenimiento, cuando las raíces levantan las aceras y así quedan, cuando las
hojas otoñales se convierten en miles de millones de manchas podridas o a punto
de pudrirse por las calles, produciendo una sensación de suciedad y abandono
generalizado.
Es necesario decir que los
chisinauenses (es un gentilicio que me acabo de inventar porque creo que no
existe en español) son muy limpios. No he visto a uno solo tirar un papel al
suelo. Y sí he visto recoger basura a viandantes y llevarla hasta la papelera
más próxima. Pese a ello, la sensación de suciedad es grande y es por ese
aspecto boscoso sin mantener.
Al día siguiente encontré
mi referencia. El centro, que es una avenida, y poco más, donde están todos los
edificios oficiales, teatros, parques cuidados, muchísimas tiendas de telefonía
móvil y su arco del triunfo con una gran bandera moldava y puestecitos de
mujeres que venden nueces, peras, manzanas, uva, al igual que hace cincuenta
años en mi pueblo.