En
muchas ocasiones las cosas son tan evidentes que no te preguntas por ellas. Me
ha ocurrido con los hospitaleros, la gente que está al cargo de los albergues.
Llegas a un albergue, encuentras a gente que te atiende y ahí queda la cosa.
Resulta que muchos de ellos son voluntarios que en sus vacaciones, durante
quince días, se ponen al servicio de los peregrinos a cambio de nada. En el
albergue de Zamora un matrimonio que vive en Andalucía, y que ambos trabajan,
hacen coincidir sus vacaciones para estar 24 horas al día atendiendo a los
peregrinos, sin descanso, ni día libre. Es de admirar. Aunque ellos se empeñan
en decir que no sirven a nadie, lo cierto es que prestan un gran servicio. Mi
agradecimiento.
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