Imagen habitual en todas partes. Esto es el metro |
Seguro
que hay un organismo internacional dedicado a establecer el cambio de edad
histórica. Después de ver la afición de los coreanos por los artefactos
electrónicos, siendo consciente de que es el principio de una tendencia, ya
podemos decir que hemos llegado a una era distinta. Después de la
contemporánea, la siguiente es la de internet, o como quieran llamarla, seguro
que buscan un nombre más rimbombante como
la era de las comunicaciones.
La
gente está dependiendo de su móvil, donde lleva todo tipo de aplicaciones para
cualquier acción por nimia que sea. Preguntas por la próxima estación del metro
y en vez de mirar un cartel y orientarse, buscan el plano en el móvil, ponen el
punto dónde están y las opciones y t dicen cuál es la próxima estación del
metro.
En las zonas próximas a los hospitales es habitual encontrarte con pacientes que van por la calle con su ropa ingresado, su gotero y por su puesto su móvil de cuarta generación |
Hoy,
día 30 de septiembre, es el día de acción de gracias coreano. Se ha cortado la
línea de internet y al menos no hay servicio en una parte de la ciudad (donde
yo estoy). Desesperación, incluido yo. No sabes qué hacer, te sientes medieval.
Te asalta la duda de si Cataluña ya será independiente y uno sin saberlo.
No
puedes consultar el correo electrónico. No puedes responder y mañana será muy
tarde. Había quedado con unos españoles para tomar un café y no he podido
contactar porque no he podido consultar el correo. Lo que pensaba visitar hoy
lo tenía en internet, pero no lo he podido hacer. Ahora siento la sensación del
viajero medieval. Sólo, lejos, perdido, incomunicado, sin referencias
familiares, sin saber qué han hecho los del feisbuk a mis espaldas, sin poder
quedar para mañana con el coreano que conocí en el camino de Santiago. Sin
poder contestar a los que me han invitado a ir a su casa en Nueva Zelanda, e igual piensan en infedelades?
Resulta que ha sido un día estupendo. Todo ha salido a pedir de boca.