Albania. Las albanesas.
Donde quiera que vaya siempre me encuentro una boda a la que no me invitan pero que salgo en su foto o una joven ataviada con el traje tradicional deseando fotografiarse conmigo. Luego se olvidan de mí.
Me gusta ser viajero. No me importa ser confundido con un turista. No soy purista en nada. Soy ecléctico y puedo cambiar de pensamiento en el momento en el que otra persona me hace ver que lo suyo es mejor. Como mi amigo José Luis Pueyo, al fin sólo soy un aprendiz de viajero.
Albania. Los kastrati.
Los castrati fueron niños, olvidados por las feministas, a los que
castraban para que conservaran el tono y la coloración de voz infantil y
aguda cuando fueran adultos. En Albania los podemos encontrar por todas
partes. Llevan un mono de trabajo azul y amarillo con el indicativo de
su condición escrito en la espalda. Y en vez de cantar se dedican a
servir combustible a los coches en las gasolineras.
Albania. La Pirámide. Mayo 2024
Albania. Lago Bovilla
De ayudante de camionero con buena conversación. |
Albania. La biblioteca. Mayo 2024
He escrito que prácticamente no se ve ningún rastro del pasado
comunista. Fui a la biblioteca de Tirana y tuve la sensación de entrar
en un documental stalinista. Imagino, por lo que vi, que no se ha
cambiado ni la estética, ni el mobiliario del pasado comunista. No vi
ningún cartel, y si lo hubiera visto no lo hubiera entendido, pero leí
entre líneas “¿no has venido a leer o a estudiar?, pues lee o estudia y
calla”. Invitaba a huir más que a quedarse. A hacer lo que fueras a
hacer y salir corriendo, como acudir a un puesto de trabajo que odiaras.
Hacía un mes que había estado en la biblioteca de Lérida y la de Tirana
me pareció el cuarto oscuro de las escobas.
El carácter de los albaneses. Mayo 2024
Albania. Parques. Mayo 2024.
Además de cementerios y supermercados también suelo visitar los parques botánicos o grandes parques, desde hace unos cuantos viajes de forma metódica. El botánico estaba cerrado las dos veces que fui, pero el parque, el gran parque que rodea un lago artificial suplió con creces mis deseos. No suele figurar en las recomendaciones de lugares a visitar, pero para mí, junto al búnker, es un lugar imprescindible. Enorme, muy bien cuidado, muy bien distribuido con abundante vegetación, con un lago artificial ante el que se pueden pasar horas tumbado, con asientos para tumbarte. Un gran regalo para casi todos los sentidos (no lo chupé). Pasé dos mañanas y el último día, antes de la vuelta a casa, quise volver al parque para disfrutar por última vez de él. Al parque estaba lleno de todo tipo de gentes. Abundaban, como en todas partes, los que dependían del móvil. Cuando estaba disfrutando del descanso de una caminata vi que al lado mío, entre los ojos de quien podía contemplar lo mismo que yo y el de un albanés, había un móvil que le mostraría imágenes más sugerentes de otros sitios. Es lo que hay.
Albania. Cloud Festival
Reja está detrás del escenario. |
Albania. El porompompero. Mayo 2024.
Albania. Monte Dajt. Mayo 2024
Salón de actos del búnker |
Albania. Las religiones. Mayo 2024
El dictador comunista Enver Hoxha prohibió las religiones. No había más dios que él que era todopoderoso, que disponía de la vida de todos sus ciudadanos. Llevar un crucifijo era motivo de detención, llevar barba podía ser identidad musulmana y estaba prohibido, santiguarse al pasar por delante de una iglesia era motivo suficiente para dar con los huesecillos en una comisaría. Se comenta que mucha gente se cambiaba de acera para no pasar delante de una iglesia y que un repentino picor en la nariz fuera interpretado como el inicio de una persignación. Para evitar tales tentaciones mandó destruir más de 1.800 centros religiosos. Así que los amantes de las piedras de los templos no van a encontrar muchos donde admirar la arquitectura o los oficios religiosos.
Musulmán motorizado |